Hannah Gutierrez-Reed era la armera de la película filmada en Nuevo México, cuando la directora de fotografía Halyna Hutchins recibió un tiro mortal el 21 de octubre.
El disparo provino de una pistola entregada a Baldwin, presentada como inofensiva y que usó durante la repetición de una escena.
Conforme a las reglas de seguridad en el cine, las balas reales están totalmente prohibidas en los rodajes.
En su queja civil interpuesta ante un tribunal, Reed reprocha al proveedor, Seth Kenney, haber entregado «municiones que fueron presentadas erróneamente como municiones ficticias», inertes y sin pólvora.