José Antonio Pérez, director de Prevención y Reinserción Social del estado de Jalisco (México), aseguró que el poder de las bandas internaciones se facilita con la corrupción en el Gobierno Nacional y la indiferencia de la sociedad.

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En Decisiones con Jorge Ortiz, José Antonio Pérez, director de Prevención y Reinserción Social del estado de Jalisco, comparó la infiltración del narcotráfico y la delincuencia organizada con la realidad de México, y manifestó que a nivel regional se deben replantear las estrategias para frenar el avance e infiltración en todos los esquemas de Gobierno. El primer paso, según Pérez, consiste en dimensionar el problema con un análisis integral de las causas, en áreas como la educación, salud y economía.

Pérez comentó que en en el caso de las cárceles de Jalisco, se advirtió que las pandillas incrementan su poder ante el abandono de las autoridades en cuanto a los derechos y obligaciones de los ciudadanos, incluidos los prisioneros. «Si el Estado renuncia a atender las demandas laborales o de Salud, las bandas toman ese rol por medio de su poderío económico», aseguró. Insistió en que el poder de las bandas internaciones se facilita con la corrupción en el Gobierno Nacional e indiferencia de la sociedad.

«Hay que voltear la cara para que entendamos que las bandas delictivas asumieron un rol que el estado no pudo, no quiso, o que por corrupción o ignorancia dejó el espacio abierto», precisó. Pérez comparó la situación con el caso de Colombia, que logró terminar con los carteles de Medellín y Cali. Declaró que, en este conflicto, el país vecino pudo lograr su cometido gracias a la colaboración de Estados Unidos en el campo tecnológico, lo que fue fundamental para frenar el avance del narcotráfico en el país.

Pérez explicó que, con la colaboración internacional, México también podría derrotar al narcotráfico, aunque no se verían resultados inmediatos, sí se evidenciarían resultados en menor tiempo. Enfatizó en que la atención a este conflicto debe ser integral, por ejemplo, con la creación de oportunidades para las poblaciones más pobres del país, mediante planes de desarrollo.

Fausto Cobo compartió esta visión, y dijo que en Ecuador deberían intervenirse las cárceles, «no solo con policías y militares, sino con salud y educación«.

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