Mediante una carta, el frente más poderoso de las disidencias de las FARC, planteó al presidente electo Gustavo Petro, un cese al fuego para hallar una “solución política “ al conflicto.
En el documento, los miembros de la organización guerrillera consideraron a Petro y a la vicepresidenta, Francia Márquez, como “genuinos representantes de las aspiraciones de las clases populares”. Además, designaron a Iván Lozada para liderar el proceso.
El 15 de julio el mandatario saliente Iván Duque anunció la muerte en un operativo de Iván Mordisco, el líder de esa organización conocida como el Bloque Suroriental.
Su sucesor, un exguerrillero y exsenador que asumirá el poder el domingo, ha manifestado su interés en acordar una “paz total” con todos los grupos armados que operan en Colombia.
Gustavo Petro ha manifestado sus intenciones de lograr una “paz total” por lo que las puertas al diálogo para cualquier actor armado están abiertas.
De hecho, el presidente electo ya ha iniciado los primeros pasos para las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), por lo que días después de su posesión, un equipo designado viajaría a Cuba para determinar si esta podría ser la sede en la que se establezca el camino para el cese al fuego y el deje de las armas.
Durante su campaña electoral, Gustavo Petro planteó el “desmantelamiento pacífico” de organizaciones como el Clan del Golfo, la banca narco más grande del país, que hace dos semanas anunció su voluntad de coordinar un alto al fuego para negociar su desarme.
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