Natalia Lafourcade se reencontró con los jardines interiores de su corazón y con la certeza de que “soy muchas cosas, muchos mundos en uno”, gracias a su más reciente propuesta musical De todas las flores, a la que consideró un parteaguas en su carrera y con el que se presentará en concierto el 7 de noviembre en el Auditorio Nacional, el 22 de noviembre en el Auditorio Citibanamex, en Monterrey, y el 26 de noviembre en el Auditorio Telmex, de Guadalajara, Jalisco.
“Realmente me siento como una flor. Todo ser humano, todo ser, es esa flor. Este disco ha sido reencontrarme con los jardines interiores de mi corazón, de mi ser, de mi alma, de mi mente, de mi creatividad. Creo que esos pétalos, esas flores, ese aroma que emana, es justamente el resultado de la mezcla de, no sólo una esencia, sino que me ha permitido encontrar y conectar con la realidad de que soy muchas cosas, muchos mundos en uno.
“Ha sido un proyecto que me ha permitido volver a muchas facetas mías, como mujer, ser humano y artista. He podido explorar y liberar una parte importante que tiene que ver con conectar y liberar el alma realmente: Generar esa conexión con lo que uno hace y que hace mucho bien. Eso lo compartes con muchas personas y, si bien va y esas personas conectan también, hace mucho bien.
“Ha sido un volver al jardín, a la flor, sabiendo que no siempre será una flor abierta o en plenitud, sino que la naturaleza implícita lleva las estaciones, las vidas, las muertes, las muertes en vida, los cambios de piel, todo aquello que te va transformando y acompañando en tu evolución como ser humano y persona”, expresó Natalia Lafourcade respecto a De todas las flores.
La cantante y compositora, de 39 años, nacida en la Ciudad de México, pero quien vivió su infancia en Coatepec, Veracruz, detalló que se siente contenta con su evolución musical, porque ha sido cercana a cada uno de los momentos de vida que ha tenido, durante más de 20 años de carrera.
“He experimentado desde iniciar en un grupo coreográfico de pop (Twist) a hacer mis propias canciones a los 17 años. Ahora lo pienso hacia atrás: ¡Firmar un contrato discográfico a los 17 años, liberar un disco a los 18! Es que, a esa edad, eres un niño; tu mente, tu cuerpo, todo, ¡hay tanto que aprender! Y en ese momento yo ya estaba de gira, en un estudio de grabación, empezando a ver la realidad de la industria musical y de cómo hacer realidad mis diferentes sueños.
“Después, tener una banda, terminar con ella, irme a vivir a Canadá, en donde sentía que iba a abandonar la música. Luego, reencontrarme con la música, con mi camino y volver a empezar, pero desde otra manera. Vivir la música quizá mucho más como un artista más independiente, donde, para empezar, no sabía qué hacer con mi vida, mis managers y mi disquera, menos.
“Era como ‘yo voy para allá’, pero no entendía nada. Siempre de la mano de la música como mi compañera, mi maestra, mi dadora. Siempre la música ahí, para consolarme, regresarme, aterrizarme, enseñarme tantas cosas. Para mí, la música se ha convertido en mi vida. Es mi pasión, mi servicio, mi trabajo, mi fiesta, mi agua, mi… ¡tantas cosas! Me siento muy contenta, porque a ella me he podido entregar. Ella me ha dado todo.
“Ahora, hago la música, como casi siempre. En todo mi camino, ha habido temporadas muy distintas unas de otras y lo que puedo decir es que hago la música que amo hacer. Soy la que soy. La paz interna de ser quién puedes y quieres ser y lo que tienes, aunque sea fracturado o entero o como sea; esa paz interior, sí digo ‘¡qué enorme bendición, que aparte lo puedo compartir con otras personas!’. Eso es algo que agradezco muchísimo y poder seguir haciendo música. Pido mucho por poder seguirlo haciendo por muchos años, quiero que eso pase”, compartió.
Natalia Lafourcade, quien en los conciertos previstos contemplará canciones de sus discos Musas y Un canto por México, así como De todas las flores, destacó que en estos próximos encuentros ofrecerá al público una experiencia que antes no había hecho.
“Cada show te propone un reto distinto. De todas las flores ha sido un proyecto que me ha recordado todas esas arias en ese jardín interno que yo podía visitar, reconectar y me ha empujado a no tener miedo de arriesgar a nivel creativo y artístico.
“Ha sido un show donde no sólo hay un concierto musical, hay una narrativa, una historia detrás de la portada del disco y eso es el show, dentro de lo que es la música. Es ese espacio quizá más onírico y surrealista; de esa parte y ese rincón de mi mente que ni yo misma me había permitido entrar de la manera en que lo hice con este show.
“Es un momento muy importante, porque siento que se convierte en un parteaguas en mi camino artístico, en donde, entonces, quizá, yo digo ‘ay, no sabía que podía hacer esto’. Eso me abre nuevas ramas en la cantidad de cosas que sé que puedo seguir explorando sobre la marcha.
“Eso es este show y una transición, también, porque es un momento que da pie a otro momento de mi historia como cantadora y compositora. Creo que empieza un nuevo momento de mi carrera musical. No sé de qué, pero es algo que siento internamente, un nuevo momento”, concluyó la también productora musical.