Optimizar la programación de semáforos para disminuir el tráfico y la contaminación ambiental son las principales funciones del Green Light de Google. El sistema analiza el flujo de autos en los cruces e intersecciones, para luego entregar una serie de recomendaciones en la frecuencia de los colores del semáforo. Todo esto, para evitar embotellamientos en las vías.
La iniciativa se encuentra operativa en 70 cruces de 12 ciudades, como Río de Janeiro, Seattle, Hamburgo, entre otras. Los primeros resultados arrojados por la investigación registran un decrecimiento del 30% en emisiones de gas, generadas por arranques y paradas de los autos, en medio del tráfico. Asimismo, se redujo en un 10% la contaminación general en los cruces donde se instaló el sistema.
De acuerdo con los desarrolladores, el uso de la interfaz ayudaría a los conductores a ahorrar combustible, mientras que es una opción económica para las ciudades que deseen reducir su huella de ambiental. Además, no requiere de una compra de hardware adicional para funcionar, debido a que el sistema operará en conjunto con la base de datos de Google Maps.
El primer paso de la aplicación es mapear la duración de los semáforos en cada cruce, el tiempo de transición entre los colores y la operación de los ciclos. Luego, adapta los datos recabados a un modelo para entender las tendencias del tráfico y arroja sugerencias a seguir con respecto a la sincronización de semáforos.
El Green Light de Google se encuentra en la fase inicial de la investigación, por lo que, su servicio es ofrecido sin ningún costo a ciudades asociadas con la empresa.
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