La iniciativa requerirá que al menos 10 de los 12 miembros del jurado, no simplemente la mayoría, recomienden la sentencia de pena de muerte para un reo.
La ley, que fue enviada al gobernador de Florida, Rick Scott, fue aprobada en la Cámara de Representantes estatal por un margen de 93-20, mientras que en el Senado obtuvo una votación de 35-5.
El Alto Tribunal de Estados Unidos cuestionó en enero que los miembros del jurado en Florida «solo desempeñan un papel consultivo en la recomendación de la pena de muerte», mientras que el juez puede adoptar una decisión diferente.
Desde entonces, dos muertes han sido aplazadas temporalmente, la de Michael Lambrix y Mark James Asay, condenados por asesinato, después de que su defensa argumentara una revisión de los casos a propósito de la decisión federal.
Lambrix y Asay tenían como fecha de ejecución el 11 de febrero y el 17 de marzo, respectivamente.
La Corte Suprema de Florida ordenó este miércoles por unanimidad suspender de forma indefinida la pena capital a Asay, condenado por el asesinato de dos personas, mientras que la de Lambrix fue aplazada el pasado 2 de febrero.
En Florida el jurado sólo puede recomendar la sentencia de muerte, no imponerla.
Desde 1976 se han ejecutado en Florida a 92 reos. Actualmente, unas 400 personas, 4 de ellas mujeres, esperan en el corredor de la muerte su ejecución mediante inyección letal.
En 2015, EE.UU. cerró su año con menos ejecuciones (28) desde 1991 y profundizó así un declive desde el pico de 98 ejecuciones alcanzado en 1999, de acuerdo con estadísticas oficiales.