El grupo fundamentalista Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), que ha encabezado el avance de los grupos insurgentes en la última semana, también informó en la red social Telegram que Al Assad había abandonado el país.
La huída del mandatario fue corroborada por el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, el cual en la mañana de este domingo anunció que el gobernante abandonó su puesto y el país tras mantener negociaciones con «otros participantes en el conflicto armado».
Moscú ha sido un aliado vital que para Al Assad hubiera podido mantenerse estos 11 años en el poder, pese a la guerra civil que asoló el país.
Previamente, la agencia Reuters aseguró, citando a dos fuentes gubernamentales, que el mandatario había salido de Siria en un avión privado desde el aeropuerto internacional de la capital, donde se estarían viviendo escenas de caos mientras decenas de personas intentan abandonar el país.
En un mensaje emitido por la televisión estatal y Radio Damasco, los rebeldes proclamaron «el fin del régimen» y llamaron «a los muyaidines y los ciudadanos a respetar y preservar la propiedad del Estado libre de Siria».
En apenas una semana, las distintas fuerzas rebeldes sirias han logrado hacerse con el control de Alepo y Hama, en el norte del país, y Deraa, en el sur, mientras este sábado conquistaron el enclave estratégico de Homs, que une Damasco con el norte y la costa mediterránea.
Ahora, la capital siria parece estar bajo su control.
En la madrugada del domingo, hora local, empezaron a circular en las redes sociales videos que muestran a combatientes rebeldes por las calles de Damasco y a decenas de personas celebrando.
El líder d HTS dijo en Telegram que había dado la orden a sus fuerzas de que no trataran de entrar en las instituciones públicas de la capital, que «permanecerán bajo la supervisión del ex primer ministro, Mohammed Ghazi al Jalali, hasta que sean entregadas oficialmente».
Al Jalali, por su parte, aseguró que permanece en Damasco y que está «dispuesto a ayudar a hacer lo mejor para el pueblo».
En un discurso difundido en las redes sociales, Al Jalali afirmó también que Siria «puede ser un país normal que establezca buenas relaciones con sus vecinos y con el mundo».
El líder de la oposición siria, Hadi al-Bahra, también le aseguró al medio Al Arabiya que el gobierno de Al Assad cayó y que «terminó una época oscura de la historia de Siria».
Bahra, que dirige la Coalición Nacional de la Revolución Siria y las Fuerzas de Oposición, subrayó que la situación en Damasco es segura.
«Mientras no levanten las armas contra ningún otro ciudadano y mientras permanezcan en sus hogares, estarán a salvo», escribió en X.
«No habrá venganza o represalia, ni violaciones de los derechos humanos. Se respetará la dignidad de las personas y se preservará su dignidad», añadió.
Sin rastros del hombre fuerte
El paradero del ahora presidente se desconoce. Sin embargo, Rusia, uno de sus principales aliados, confirmó que había dejado la silla presidencial y el país, y que había ordenado a sus subalternos facilitar una transferencia pacífica del poder.
Moscú ha asegurado que no participó en esas negociaciones y que sus bases militares en Siria están en alerta máxima, pero no bajo amenaza.
«Estamos en contacto todos los grupos de la oposición siria», aseguró el Ministerior ruso de Exteriores.
El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, también ha dejado entrever que Al Assad ya no está en el país.
Del mismo modo, desde los Emiratos Árabes Unidos se han negado a confirmar o desmentir el gobernante ha buscado refugio en Abu Dabi.