El avión partió de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo rumbo a Pekín en la madrugada del 8 de marzo y desapareció de los radares civiles de Malasia unos 40 minutos después de despegar.
Un operativo liderado por Australia, en el que también participan Malasia y China, prevé culminar en junio el rastreo del área de 120.000 kilómetros cuadrados en una zona remota del océano Índico donde se cree que se encuentran los restos del MH370.
Unas 150 personas participaron en el acto de homenaje que tuvo lugar en un centro comercial de Kuala Lumpur, donde escribieron mensajes en un mural y pidieron a las autoridades que prosigan la búsqueda hasta que se encuentren los restos del aparato.
«Luchamos para que la búsqueda continúe», dijo Jacquita Gonzales, esposa de uno de los auxiliares de vuelo del avión, según el diario Straits Times.
La ceremonia tuvo lugar días después de que en una playa de Mozambique aparecieran restos que, según las autoridades australianas, concuerdan con los patrones de las corrientes del océano Índico relacionadas con el lugar donde se piensa que se estrelló el avión.
El ministro de Transporte malasio, Liow Tiong Lai, dijo hoy que personal malasio y australiano se encuentran en el país africano para inspeccionar los restos y devolverlos a Malasia, según la agencia Bernama.
En julio pasado, los equipos hallaron el fragmento de un flaperón del ala del MH370 en la isla Reunión, situada al este de Madagascar, lo que supuso el primer indicio tangible de que el avión se había estrellado en el océano Índico.
A bordo del Boeing 777-200er viajaban 153 chinos, 50 malasios, 7 indonesios, 6 australianos, 5 indios, 4 franceses, 3 estadounidenses, 2 canadienses, 2 iraníes, 2 neozelandeses, 2 ucranianos, 1 holandés, 1 ruso y 1 taiwanés, entre pasajeros y tripulación.