El endocrinólogo Julio Urresta, en entrevista exclusiva con Notimundo, explicó que la investigación realizada por la Universidad de Michigan, que determina que el consumo de carnes rojas acelera la pubertad en las adolescentes, no cuenta con una mayor evidencia científica.
Las adolescentes que comen carne roja comienzan sus períodos menstruales antes que las que ingieren menor cantidad de este alimento, según el estudio de la Universidad de Michigan (UM) publicado hoy. El doctor comentó, además, que hay ciertos alimentos que pueden tener cierta influencia en el crecimiento o evolución de una persona, pero no de manera definitiva; es decir, que no existe un patrón que indique que necesariamente el consumo de carnes rojas acelere un proceso de pubertad. “La alimentación sirve como un elemento de sostén de los diferentes procesos metabólicos, tendría que haber un exceso verdaderamente significativo de elementos o que los alimentos ya tengan algún tipo de elemento hormonal en la preparación o que los animales hayan sido sometidos a un tipo de alimentación con hormonas que haga que cambie sus concentraciones normales”, argumentó el especialista y dijo que si es que eso no ha sucedido, no hay razón para que los alimentos, en este caso la carne roja, sean una causa para que se produzcan aceleramientos en la pubertad o menstruación de las jóvenes.
Según el médico, existen animales como el pollo, por ejemplo, que muchas veces son alimentados con hormonas para que crezcan más rápido y tengan más peso y hay denuncias a nivel mundial acerca de este tema. Generalmente, los pollos reciben testosterona por lo que la carne de ese animal tiene altos contenidos hormonales y si un niño o adolescente consume este alimento, es probable que existan cambios sustanciales también en el desarrollo de la persona.
El estudio también indicaba que las niñas que más consumían carne roja, aproximadamente cuatro veces a la semana, empezaban su menstruación cinco meses más temprano. Según la investigación, cinco meses de diferencia entre una joven y otra podría implicar riesgos a enfermedades más adelante, como el cáncer de mama; sin embargo, el médico considera que esa diferencia no es significativa. Además, aseguró que existen otros factores que puede ser causales para desarrollar ese tipo de enfermedades como temas genéticos que no tienen nada que ver con la alimentación.