En el informe, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, subrayó la «tendencia acelerada» en 2015 a «cerrar el espacio de la sociedad civil, reprimir a los medios de comunicación y la libertad en internet, marginar a las voces opositoras y, en los casos más extremos, matar a las personas o expulsarlas de sus hogares».
Este documento que publica anualmente el Departamento de Estado evalúa el comportamiento de los gobiernos extranjeros en materia de derechos humanos y sirve como guía al Congreso estadounidense a la hora de decidir la ayuda exterior para cada país.
Este año, EE.UU. se ha centrado fundamentalmente en examinar las «tácticas» y «estrategias» para «restringir a la sociedad civil» usadas durante 2015 por diferentes países.
En la categoría de países cuyos gobiernos usan métodos «directos y abiertos» para «reprimir a la sociedad civil», el Departamento de Estado colocó a Corea del Norte, Cuba, China, Irán, Sudán, Uzbekistán, Laos, Rusia, Ruanda, República Democrática del Congo, Venezuela, Etiopía y Azerbaiyán.
Regímenes «históricamente autoritarios» como Corea del Norte, Cuba, China, Irán, Sudán y Uzbekistán continuaron el año pasado «controlando la actividad política y prohibiendo o limitando la oposición», detalló el informe.
En China la «coerción y represión aumentaron notablemente» contra organizaciones e individuos que defienden los derechos civiles y políticos, con una «ofensiva» contra la comunidad legal «particularmente severa».
Sobre Rusia, el Gobierno de EE.UU. destacó que ese país «instituyó una serie de medidas para reprimir la disidencia», con la aprobación de «nuevas leyes represivas» para «hostigar, desacreditar, perseguir, encarcelar, detener y multar» a organizaciones e individuos críticos.
En la conferencia de prensa de presentación del informe, el subsecretario de Estado para Democracia y Derechos Humanos, Tom Malinowski, destacó que EE.UU. vio el año pasado «esfuerzos decididos para legislar y poner fin a la libertad de asociación» en países «tan grandes e influyentes como Rusia o China».
En el caso de Cuba, EE.UU. sostiene que han seguido produciéndose «detenciones arbitrarias» de poca duración y también que fueron arrestados de nuevo varios de los 53 «presos políticos» liberados en enero de 2015 en el marco del proceso de normalización bilateral.
En Venezuela, «docenas» de personas han sido detenidas y son «presos políticos, muchos a la espera de un debido proceso», señaló el informe, mientras que Malinowski dijo que EE.UU. seguirá trabajando con sus socios regionales para «persuadir» al Gobierno de Nicolás Maduro de que debe liberar a esos encarcelados y «respetar» a la Asamblea Nacional de mayoría opositora.
El Departamento de Estado mencionó, en otro apartado, a Malasia, Turquía y Tayikistán como países que han usado sus leyes antiterroristas o de seguridad nacional para «reprimir la actividad de la sociedad civil».
«En Turquía, el Gobierno ha utilizado leyes antiterroristas, así como una ley en contra de insultar al presidente, para asfixiar el discurso político legítimo y el periodismo de investigación», apuntó el informe.
Por otro lado, en el documento EE.UU. denuncia el uso de «procedimientos administrativos y burocráticos» por parte de algunos gobiernos para «restringir la libertad de asociación» y a la sociedad civil, y coloca en esa categoría a países como Egipto, Kenia, Camboya, Uganda, Nicaragua, Bolivia, Vietnam, Pakistán y Ecuador.
Las críticas a Egipto se centran, sobre todo, en la «disolución» por parte de las autoridades de unas 500 ONG vinculadas a los Hermanos Musulmanes, así como en el «escrutinio» y «acoso» a otras organizaciones no gubernamentales.
En 2015, «fuimos testigos de estremecedores abusos contra los derechos humanos, violaciones del derecho internacional humanitario y otros actos delictivos por parte de actores no estatales como el Daesh (siglas alternativas del EI), Boko Haram, Al Shabab, los talibanes y organizaciones criminales trasnacionales», indicó Kerry en el informe.
A continuación, remarcó que esos actores violentos «no aparecen de la nada», sino que «florecen en ausencia de instituciones estatales creíbles y eficaces, donde se bloquean las vías para la expresión libre y pacífica de opiniones, donde los sistemas judiciales carecen de credibilidad».
En el capítulo de progresos, Kerry anotó que en 2015 se vieron «importantes avances democráticos en países como Túnez, Nigeria, Sri Lanka y Birmania».