A dos días de las primarias en el estado, Sanders reunió a miles de simpatizantes en un mitin en Prospect Park, donde ya horas antes del inicio del acto se acumulaban largas colas para acceder.
De vuelta a Brooklyn, donde nació y creció, el precandidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos estuvo arropado por actores como Danny DeVito y Justin Long y el grupo Grizzly Bear.
«Cuando era un niño que crecía en Flatbush (el barrio del que es originario), nuestros padres nos traían a Prospect Park, pero nunca hablé aquí a 20.000 personas», bromeó Sanders al inicio del mitin.
En su discurso, como es habitual, insistió en la necesidad de una «revolución política» que desemboque en un Gobierno que trabaje para todos y no para los más poderosos.
«Juntos vamos a crear una economía que funcione para la gente trabajadora, para los enfermos, para los ancianos… para todos nosotros, no sólo para el 1 por ciento (más rico)», prometió.
Sanders, además de profundas reformas económicas y en materia de sanidad y educación, defendió cambios en el sistema de justicia para acabar con el encarcelamiento masivo, abogó por poner fin a la llamada guerra contra las drogas y denunció los obstáculos que sufren distintas minorías.
Por detrás de Clinton en las últimas encuestas pese a su gran tirón entre los jóvenes, Sanders insistió en la importancia de las primarias del próximo martes en Nueva York.
«Hagamos que el estado de Nueva York lleve a este país a la revolución política», clamó.
A lo largo del día, el senador visitó también un complejo de viviendas públicas en uno de los barrios más desfavorecidos de Brooklyn y habló a un público mayoritariamente negro en una iglesia de Harlem.
Mientras tanto, su rival en la carrera demócrata hizo campaña en el vecindario hispano de Washington Heights, en el Alto Manhattan, donde incluso se vio a la que fuera primera dama bailando al ritmo de música latina.
Pese a su ventaja sobre Sanders de cara a las primarias de Nueva York, las últimas encuestas apuntan a que el veterano político, que se define como socialista democrático, cuenta con más apoyo entre los latinos de este estado.
Clinton estuvo arropada en el Alto Manhattan por varios líderes hispanos como el senador estatal y aspirante al Congreso Adriano Espaillat.
«Imaginen una América en la que estemos unidos de nuevo. Donde nos enfrentemos a la retórica del odio que llega de los republicanos, donde digamos a Donald Trump: ‘basta'», dijo utilizando el español para esa última palabra.