Detalló que desde la noche del domingo se han registrado 40 réplicas que oscilan entre las magnitudes 3,5 y 5,6 y comentó que en estos cómputos no se incluyen las réplicas menores a las primeras.
«Después de un sismo como estos, es normal que durante varias semanas se tengan réplicas», dijo al advertir que se las debe tomar muy en cuenta debido a la fragilidad en la que pudieron haber quedado varias construcciones tras el fuerte movimiento principal.
Como ejemplo, dijo, que podría ocurrir una réplica de cinco grados que dé la sacudida final para que colapsen construcciones ya afectadas.
«Lo importante es que las réplicas van disminuyendo», añadió, y comentó que podrían registrarse durante unas dos semanas más.
Según estudios del Instituto, el sismo del sábado «rompió un segmento de aproximadamente 60 kilómetros de ancho y 40 kilómetros de largo, que se terminó justo en la zona en que ocurrió el sismo de 1998, y forma parte de ese segmento que se movió en 1942».
«Estamos hablando de una zona que ha sido sísmica en el pasado, que tuvo el sismo de 1906, el sismo de 1942 y, un poco más al sur, el de 1998. Es una invitación a que tomemos conciencia como país de que vivimos en un país muy expuesto a los sismos», dijo en la televisión Gama.
Aseguró que el convivir con los fenómenos naturales no es algo imposible y señaló como ejemplo de ello a Japón y Chile.
Según el presidente de Ecuador, Rafael Correa, hasta el momento, asciende a 272 el número de muertos y a 2.068 el de heridos por el terremoto del sábado.
«Temo que esa cifra aumentará porque seguimos removiendo escombros», dijo Correa este domingo en Portoviejo, provincia de Manabí, en sus primeras declaraciones en el país tras regresar de Europa, donde participó en un foro académico organizado por el Vaticano.
El gobernante consideró que «la tragedia es muy grande» y dijo que «hay todavía muchísimos cadáveres entre los escombros», pero aseguró que el país sabrá «salir adelante».