Los recursos serán entregados a la Policía, el Ejército, la Fuerza Aérea, los Ministerios de Salud Pública y de Inclusión Económica y Social y la Secretaría de Gestión de Riesgo, entre otras entidades, según la agencia pública de noticias Andes.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, indicó tras el terremoto que el país dispone de líneas de contingencia por importe de unos 600 millones de dólares a través de organismos como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF.
Esos fondos contribuirán a hacer frente a las necesidades derivadas de la catástrofe, indicó el mandatario poco después del temblor, que ha causado al menos 413 muertos y 2.068 heridos, según el Gobierno.
Herrera indicó que los fondos pueden ser utilizados «para lo que fueron suscritos o firmados, que es un desastre natural».
El terremoto se produjo a las 18.58 hora local del sábado (23.58 GMT), entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también sintió el impacto de las réplicas.
Tras el desastre, el Gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.