Tras dos años de obras, el espacio, que comprende 100.000 metros cuadrados con 26 nuevas puertas de embarque que se añadirán a las 32 ya existentes, entrará en funcionamiento el lunes 23 de mayo, cuando concluyan los exámenes de la Policía Federal sobre la seguridad de las instalaciones.
Las obras han sido realizadas por el consorcio Riogaleao, formado por Odebrecht Transport, Changi Airports International e Infraero, tras una inversión de 2.000 millones de reales (unos 559 millones de dólares) y ha servido para levantar la nueva terminal y para mejorar las antiguas instalaciones de las terminales 1 y 2.
El proyecto contempla inversiones por un total de 5.200 millones de reales, unos 1.677 millones de dólares, en financiación de servicios y nuevas estructuras hasta el año 2039, cuando concluye la concesión de Riogaleao.
La nueva terminal está dotada de puertas electrónicas en las áreas de embarque y de inmigración para la identificación de códigos de barras de los billetes, lectura automática del pasaporte y de la biometría facial.
El aeropuerto activará, por primera vez en América Latina, una aplicación móvil para teléfonos inteligentes que pondrá a disposición de los viajeros información sobre vuelos, horarios de llegada y salida, tiendas, restaurantes, aparcamiento y transportes, entre otros.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, afirmó durante la presentación que «la gran razón para traer los Juegos Olímpicos para un país o para una ciudad es lo que se puede dejar para ese país o para esa ciudad», «un legado físico, tangible, objetivo» que «seguirá trayendo riqueza, generando empleo y mejorando la ciudad».
Tras estas obras, el aeropuerto Tom Jobim contará con 260.000 metros cuadrados de pistas nuevas, añadirá cinco compañías aéreas, 14.000 metros cuadrados de área comercial y 2.000 plazas de aparcamiento.