En unas declaraciones recogidas por el principal medio nacional, Al Muqadem indicó que los restos del avión, que están siendo recogidos por los equipos de salvamento y rescate, serán ubicados en un almacén especial en las instalaciones del aeropuerto internacional de El Cairo para su análisis.
El responsable negó, además, que su comisión haya recibido señales que indiquen el lugar donde se encuentran las cajas negras del avión.
Anoche, la comisión de la investigación del siniestro indicó que todavía es «muy pronto» para sacar conclusiones basadas en los mensajes del sistema ACARS, que revelaron la presencia de humo en el interior del Airbus A-320 antes de estrellarse.
«Estamos investigando todas las informaciones recabadas pero es muy pronto para emitir cualquier conclusión cuando solo hay una fuente de información como los mensajes ACARS», señaló el comunicado de la comisión, encabezada por Ayman al Muqadem.
Las señales emitidas por este sistema sobre la presencia de humo se pueden deber a «distintas causas», apuntó la nota, que insistió en que se requiere más tiempo para analizar estos datos en el marco de la investigación general.
La Oficina de Investigación y Análisis (BEA) francesa, asociada a las pesquisas porque el avión se ensambló en Francia y partió del aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle, confirmó ayer la presencia de humo.
Un portavoz de la BEA dijo a Efe que «los sensores del aparato emitieron mensajes que indicaban que había humo en la cabina poco antes de que se interrumpieran las comunicaciones».
Estos mensajes se emiten de forma automática a través del sistema ACARS que, según la web especializada The Aviation Herald, mostró que a las 2.26 hora local (00.26 GMT) se detectó humo en el baño del avión y sólo un minuto después proveniente de los sistemas electrónicos.
Sin embargo, el portavoz insistió en que aunque esto indica que hubo fuego no se pueden sacar conclusiones y hasta que no se encuentren los restos del avión «será imposible determinar las causas que provocaron el accidente».
Las operaciones de búsqueda y de recuperación de piezas en el Mediterráneo se desarrollan en un área de 65 kilómetros de radio que, según el presidente de Egyptair, Safwat Moslem, podría ampliarse de ser necesario.
La Armada egipcia ha encontrado hasta ahora restos humanos, fragmentos del avión y objetos personales de los viajeros a unos 290 kilómetros de la costa del país.
En el avión, que cubría la ruta París-El Cairo, viajaban 56 pasajeros, de ellos 30 ciudadanos egipcios y 15 franceses, siete miembros de la tripulación y tres efectivos de seguridad.