Pocos turistas llegaron a los balnearios costeros de Pedernales y Canoa, dos de las localidades más castigadas por el sismo, según informó el periódico público El Telégrafo en su portal web.
El periodo vacacional de tres días obedece al traslado para hoy de la fecha cívica del 24 de mayo, en que se conmemoró la batalla de Pichincha de 1822, que selló la independencia colonial del país.
Algunos de los que llegaron a las zonas afectadas de Manabí lo hicieron por «curiosidad», para constatar los destrozos de la potente sacudida que dejó 663 muertos, más de 28.000 damnificadas y multimillonarios daños materiales.
Los algo más de 55.000 habitantes de Pedernales esperaban con expectación este periodo festivo de tres días para medir la respuesta de los ecuatorianos al llamado de las autoridades para que visiten la zona con el fin de reanimar la economía local.
No obstante, según datos de El Telégrafo, el jueves en la noche apenas un autobús de pasajeros salió hacia Pedernales desde Guayaquil y otro lo hizo desde Quito, aunque operarios del servicio de transporte aseguraron que el flujo podría incrementarse hasta el sábado.
«Esperamos que la afluencia de visitantes crezca para que renazca el turismo. Pedimos que vengan a darnos un aliento, a darnos una mano, porque Pedernales necesita del apoyo del resto de ecuatorianos», señaló Alfredo Espinosa, dirigente de una cooperativa de transporte.
Pedernales «va a seguir luchando y va a salir delante de estos momentos de dolor. El turismo es el mecanismo», agregó.
Patricio Schettini, presidente de la Asociación de Hoteleros de Pedernales, admitió que uno de los problemas es la escasa oferta, ya que apenas dos de los diecisiete alojamientos han quedado en pie y en condiciones de recibir a un máximo de 150 turistas.
Schettini indicó que muchos vecinos del balneario han adecuado sus negocios para recibir de la mejor forma a los turistas, pero insistió en que la falta de alojamiento es un problema.
«El asunto es que nosotros vivimos del turismo y debemos dar todas las facilidades quienes nos visitan», manifestó y remarcó: «De este turismo solidario necesitamos más que nunca, ya que la única forma de reactivarnos es con esto, el turismo que nos da trabajo a todos».
«Ya no encontrarán los hoteles de lujo, algunos sitios de distracción, pero encontrarán gente interesada en poderles servir de la mejor manera y atender las necesidades», subrayó al comentar que lo mejor de Pedernales subsiste como «la playa, el sol, el mar, la gastronomía sigue intacta y la mejor voluntad de su gente».
Samir Salcedo, otro de los turistas quiteños que pudo alojarse junto a su familia en uno de los dos hoteles de Pedernales, señaló que permanecerá en este balneario durante el feriado, y que se le unirán otros familiares y amigos.
«Nos ha impactado, es algo fuerte y triste ver algo que no nos esperábamos, casas destruidas, una ciudad con viviendas demolidas, calles cuarteadas. Está diferente a lo de antes», agregó Salcedo, pero dijo que no tiene miedo de visitar la zona.
Mónica Cedeño, quien ubicó un puesto de comidas en la playa de Pedernales, confirmó que desde el sismo del pasado 16 de abril el flujo de turistas a la zona ha sido escaso, pero agradeció a sus compatriotas que han decidido apoyar a la región.
«Ahora sí están viniendo turistas, pero me temo que serán de un día, porque la mayoría me ha dicho que llegan para ver cómo está ciudad. Además no hay sitio para hospedaje por lo que se van a otras ciudades cercanas a dormir allá. Sea como sea, nos están ayudando», señaló la mujer.