Ana Cuenca y Rosa Suárez, representantes de la Asociación de Familiares y Amigos de Policías Agredidos, solicitaron que se “visibilicen y respeten los Derechos Humanos” de las y los agentes policiales que han sido agredidos en diferentes manifestaciones en todo el territorio nacional, las cuales calificaron como “no pacíficas”.

La petición se realizó en rueda de prensa efectuada hoy martes 7 de junio de 2016, tras la reunión que mantuvieron las representantes de la Asociación, con Diego Zorrilla, coordinador residente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Quito.

“Demandamos que se visibilicen los derechos humanos de los policías. También son ciudadanos que salen a cumplir con su trabajo y su deber, que es brindar seguridad ciudadana”, explicó Ana Cuenca, esposa de un agente que en cumplimiento de su deber, en septiembre de 2014, estuvo a punto de quedar parapléjico y que actualmente se recupera de tres operaciones en las que le colocaron cuatro placas en su cabeza.

Cuenca indicó que tras la reunión con el coordinador de la ONU, se acordó mantener un diálogo constante, con el fin de remitir un comunicado oficial a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, así como videos que avalen el irrespeto a la integridad de los agentes policiales. “El primer error que se comete es solo mirar el un lado de la página”, agregó Cuenca.

“Ellos no son cualquier cosa, son padres, hermanos, hijos de alguien”, manifestó Rosa Suárez, otra de las representantes de la Asociación.

Algunas agresiones

En su intervención, Ana Cuenca relató cómo su esposo el cabo de policía Vicente Tamayo fue agredido brutalmente en una manifestación protagonizada en los exteriores del colegio Mejía. Lo golpearon con palos, piedras y tubos de fierro, ello le provocó la fractura de su cadera, nariz, hueso sacro ilíaco y más de un año en sillas de ruedas tardó su recuperación en recobrar la movilidad.

Así como Tamayo, el coronel Juan Jaramillo sufrió violentas agresiones, agrega Rosa Suárez su esposa. En una protesta anunciada como pacífica, en el ejercicio de su labor para evitar agresiones hacia otras personas, recibió fuertes golpes en su pierna, cabeza y brazos, lo que ocasionó una fractura del húmero que tardó 12 meses en recuperar.

La Asociación

Cuenca destacó que el colectivo busca ser la voz de la familia que está detrás de un efectivo policial, ya que no sólo las agresiones son de una manifestación en particular sino en todas las protestas anunciadas como pacíficas.

La Asociación de Familiares y Amigos de Policías Agredidos cuenta con el apoyo de 60 familiares de 170 policías que la conforman. Alrededor de 5 mil policías han sido agredidos en este tipo de eventos.