El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó hoy que su respuesta a la "ofensa" que, según él, supuso el interrogatorio al que fue sometido en una comisaría será hacer política en las calles.

«La única respuesta que puedo dar a la ofensa es ir a la calle y decir: estoy vivo y soy más honesto que ustedes», afirmó Lula en un mitin ante centenares de simpatizantes, celebrado en la sede del sindicato de empleados de banca en Sao Paulo.

Lula dijo que hoy fue «secuestrado» por la Policía Federal en su apartamento y consideró que la orden judicial que permitió llevarle a comisaría fue una «ofensa personal», al Partido de los Trabajadores (PT) y «a la democracia».

«Fue una falta de respeto a alguien que dedicó la vida a este país», afirmó Lula, quien se denominó a sí mismo como el mejor mandatario «de la historia de Brasil» y «el mejor presidente del inicio del siglo XXI en el mundo entero».

El ex jefe de Estado, que está siendo investigado por su supuesta implicación en el escándalo de corrupción de la petrolera Petrobras, hizo un repaso de su vida y su labor social al frente del Gobierno, lo que le llevó a las lágrimas.

«Si alguien piensa que me va a callar con persecución y denuncia, no sabe que sobreviví al hambre. Y quien sobrevive al hambre es incansable», manifestó.

Lula se ofreció a su partido y a los movimientos sociales para participar en mítines por todo el país y el auditorio, en el que estaba la ejecutiva del PT, le aclamó para que se vuelva a presentar a las elecciones.

«Brasil urgente, Lula presidente», coreó el auditorio, entre ellos el presidente del PT, Rui Falcão, que se encontraba al lado del exmandatario.

En su discurso, Lula también dio un recado a la presidenta Dilma Rousseff y le apuntó que la «solución» a la crisis no pasa por adoptar las medidas que demandan los grandes empresarios, sino por «hacer que el pobre vuelva a ser consumidor y hacer que vuelva a comer cosas que está dejando de comer».