La votación se produjo a pesar de las advertencias de Turquía de que las relaciones bilaterales se verían afectadas por esta decisión.
El texto reconoce como «genocidio» -término que rechaza Turquía- la muerte de entre 800.000 y 1,5 millones de las minorías cristianas de Armenia en las matanzas de 1915, así como la responsabilidad alemana en ellas, en tanto que el país era por entonces aliado del Imperio otomano.
La resolución, presentada de manera consensuada por la coalición de gobierno de conservadores y socialdemócratas, junto con los verdes, fue aceptada por tan sólo un voto en contra y una abstención, según confirmó el presidente del Bundestag, Norbert Lammert, tras aproximadamente una hora de debate.
Antes de dar paso a la votación, Lammert subrayó que «un parlamento no es una comisión de historiadores y mucho menos un tribunal».
No obstante, el Bundestag no tiene intención de evitar «cuestiones incómodas», «más aun cuando en el genocidio contra los armenios y otras minorías cristianas hace cien años en el Imperio Otomano, el Imperio alemán tuvo parte de responsabilidad», precisó.
Al mismo tiempo subrayó que el «sincero y autocrítico análisis» del pasado no afecta a las relaciones con otros países, sino más bien constituye una condición para la reconciliación y la cooperación.
En un mensaje dirigido a Ankara, que rechaza el término «genocidio» y se limita a hablar de matanzas y deportaciones, Lammert señaló que «el actual Gobierno turco no es responsable de lo que pasó hace cien años, pero sí es corresponsable de lo que ocurra con ello en el futuro».