La imagen del pequeño en camilla durante su traslado en un helicóptero al hospital de Hakodate retransmitida por las televisiones niponas alivió al país asiático, que ha vivido una semana de vilo preguntándose dónde se encontraba Yamato y en pleno debate sobre la desproporción del castigo impuesto al niño.
Militares que se encontraban realizando ejercicios en la zona hallaron por pura casualidad al menor, que se había refugiado desde el pasado sábado en un hangar del Ejército ubicado a unos cinco kilómetros del punto en el que desapareció.
Estas instalaciones, cuyas inmediaciones ya fueron registradas el pasado lunes, son usadas en caso de lluvia por las Fuerzas de Autodefensa japonesas. Los chubascos de hoy llevaron a que efectivos del Ejército se resguardasen en el hangar, donde hallaron a las 7:50 hora local (22:50 GMT) al niño, que se identificó como Yamato Tanooka.
Durante los seis días que pasó completamente solo en esta zona boscosa poblada por osos, sólo bebió agua y soportó las bajas temperaturas, que llegaron a los 5 grados, abrigándose entre dos colchones.
Yamato se resguardó desde el sábado por la noche en el amplio y destartalado hangar de madera, donde no había toma de electricidad ni comida, aunque sí un grifo gracias al que pudo beber agua.
Los militares que le encontraron, de pie, según ha trascendido, explicaron que el niño se encontraba «hambriento» y le dieron un par de «onigiris» (bolas de arroz) que comió de buena gana.
«El niño ha hecho un gran esfuerzo», explicó en declaraciones recogidas por la cadena NHK el médico que le atendió, Yoshiyuki Sakai, quien detalló que tan solo presenta signos leves de hipotermia y deshidratación así como algunos arañazos en las piernas y manos, por lo que permanecerá ingresado tres días.
«Se encontraba muy calmado teniendo en cuenta que ha pasado todo este tiempo solo. No se asustó en absoluto», añadió Sakai, que contó que el menor se mostró «contento» en el reencuentro con su familia.
El padre del chico, de 44 años, se disculpó a las puertas del hospital en el que está ingresado Yamato en una comparecencia ante los medios: «Fuimos demasiado lejos con nuestro castigo, estoy profundamente arrepentido. Pensé que lo estaba haciendo por su propio bien», contó mientras hacia una pronunciada reverencia en señal de disculpa.
También se disculpó con su hijo, a quien dejó en una carretera por su mal comportamiento.
«Le he dicho que siento haberle causado tanto dolor», explicó visiblemente emocionado el hombre.
El caso ha tenido un gran impacto en la sociedad japonesa, en donde se ha abierto el debate en torno a la disciplina y las rígidas normas de educación que se inculcan a los niños.
En las redes sociales niponas se intercalaban hoy mensajes de alivio, alegría y críticas a los padres de Yamato, a quien se ha calificado como el «futuro Rambo» por su capacidad de supervivencia y fortaleza.
Los japoneses se han mostrado especialmente críticos con la dureza del castigo impuesto al niño e incluso plantean en algunos foros la posibilidad de que sean sus progenitores quienes corran con los gastos generados por la búsqueda.
Unos doscientos efectivos entre policías, bomberos y militares han participado en las tareas de búsqueda del menor en esta zona de la isla japonesa de Hokkaido, la más septentrional y despoblada del archipiélago.
Según el relato de los padres, obligaron al niño a bajarse del vehículo en el que viajaban por su mal comportamiento, ya que había estado lanzando piedras a otros coches y personas.
Aunque el pequeño corrió detrás del vehículo, sus familiares aseguraron a las autoridades que lo perdieron de vista y que volvieron unos minutos después al lugar, donde ya no se encontraba.
Los progenitores, que esperaron dos horas desde la desaparición de Yamato hasta alertar a las autoridades, denunciaron los hechos el pasado sábado por la tarde y en un primer momento mantuvieron que se perdió mientras recogían vegetales en el bosque. Posteriormente reconocieron haberle abandonado como medida correctiva.
La fotografía de un sonriente Yamato posando mientras hace el signo de la victoria, una imagen que ha circulado por las redes sociales y ha sido difundida por todo el mundo, sigue en primera plana. Con siete años ha vencido a la soledad, al hambre y a un castigo que casi acaba en tragedia.