A punto de cumplirse dos años de la muerte de Sinéad O’Connor, la última voluntad de la cantante salió a la luz. De acuerdo con información del diario The Sun, la intérprete irlandesa dejó un patrimonio de 1,7 millones de libras, pero se redujo a 1,4 millones de libras después de deudas, costos funerarios y honorarios legales. Además, dejó un impresionante legado artístico y espiritual que se repartirá entre los tres hijos que le sobreviven.
Entre sus deseos, según publicó el medio británico, O’Connor dejó establecido que los derechos de su música pasaran a manos de sus hijos mayores de 18 años, quienes podrán explotarla como más les convenga: «Ordeno que después de mi muerte, y a discreción de cualquiera de mis hijos que tengan más de 18 años, mis álbumes se publiquen de manera de ‘sacarle el máximo provecho'».
Respecto al resto de su patrimonio; Yeshua Bonadio (el menor de los hermanos) heredará la colección de guitarras de su madre; mientras que su primer esposo, el productor musical John Reynolds, fue nombrado como albacea.
Sinead había dispuesto que su hijo Shane se quedara con su vestimenta religiosa; sin embargo, el joven se quitó la vida 10 meses antes de la muerte de la artista.
