En su sentencia, el tribunal únicamente considera probada la integración en la banda terrorista ETA del principal acusado, el exdirigente etarra Luis Ignacio Iruretagoyena, apodado «Suny», pero ya fue condenado por este delito en Francia, por lo que le aplica el principio «non bis in idem», que prohíbe que alguien sea enjuiciado dos veces por el mismo delito.
Para los otros tres acusados, Pedro María Olano Zabala, Gregorio Jiménez Morales y Juan María Múgica Dorronsoro, la sentencia declara «la inexistencia de medio probatorio alguno» que acredite su participación en los hechos.
Según la sentencia, durante las elecciones autonómicas del País Vasco (región del norte) que se iban a celebrar en el País Vasco en 2001, ETA decidió matar a José María Aznar aprovechando los diversos desplazamientos que tenía que realizar durante la campaña electoral.
En su escrito de acusación, el teniente fiscal Jesús Alonso sostenía que los cuatro acusados recogieron el lanzamisiles a principios de 2001 en Francia y lo ocultaron en un inmueble abandonado.
La primera vez que trataron de utilizarlo, siempre según el fiscal, fue el 29 de abril de 2001, día en el que Aznar tenía programado un acto en un estadio deportivo como inicio de la campaña electoral, pero el atentado finalmente no se llevó a cabo.
La segunda vez fue el 4 de mayo, cuando Aznar protagonizaba otro acto electoral e iba a desplazarse desde el aeropuerto de Fuenterrabía (norte), ante lo que los etarras fueron a Oiartzun (Guipúzcoa) y depositaron el lanzamisiles en un lugar acordado, pero tampoco pudieron cometer el atentado y lo escondieron de nuevo.
Finalmente, el tercer intento se produjo el 11 de mayo, cuando Aznar intervino en el polideportivo en un acto y ese día los terroristas -según el fiscal- se desplazaron hasta una localidad cercana para colocar el lanzamisiles pero tampoco pudieron llevar a cabo la acción.
Al día siguiente, proseguía el fiscal en su relato, llevaron el lanzamisiles a un garaje propiedad de uno de ellos -Iruretagoyena-, que quería comprobar su estado ya que no habían conseguido atentar contra Aznar debido a su mal funcionamiento y el comando lo devolvió a la banda en Francia en la Semana Santa de 2002.