«No podemos acoger en Austria a todos los solicitantes de asilo», declaró a la prensa el canciller, el socialdemócrata Werner Faymann, tras una reunión con representantes regionales y locales.
En total, hasta el año 2019 Austria planea acoger a 127.500 personas, lo que corresponde al 1,5 por ciento de la población del país, de unos 8,5 millones de personas.
Fayman aseguró que limitar el número de solicitudes de asilo es una «medida de emergencia» y un «plan B» al verse el país desbordado por la situación.
El vicecanciller conservador, Reinhold Mitterlehner, coincidió en que «el gran número de refugiados desborda nuestro sistema».
Los planes del Ejecutivo, acordados con regiones y ayuntamientos, prevén acoger a 37.500 personas este año; 35.000, en 2017; 30.000, en 2018; y, por último, 25.000 en 2019.
En total esa cifra suma 127.500 personas, un 1,5 por ciento de la población del país.
Las 90.000 solicitudes de asilo de 2015 suponen algo más del uno por ciento de la población de Austria y distintos representantes del Gobierno han afirmado que el país no podía hacer frente en solitario a la situación.
Los mandatarios indicaron que habían encargado dictámenes jurídicos sobre cómo actuar cuando se alcance la cifra máxima de 37.500 demandantes de asilo para el presente año.
Horas antes de la reunión en la que se adoptó esta decisión, Mitterlehner avanzó que el techo a las peticiones de asilo debía ser «aclarada legalmente».
Esta medida se produce cuando en el sur del país, en la frontera con Eslovenia, las fuerzas de seguridad han comenzado a endurecer desde hoy los controles sobre los refugiados e inmigrantes que quieren entrar en el país.
Responsables policiales han anunciado que realizarán un control individual de la identidad y pertenencias de cada persona que pretenda entrar en el país y se contrastará su declaración con la entregada a las autoridades eslovenas.
Aquellos que sean considerados «inmigrantes económicos» o no tengan documentación serán devueltos a Eslovenia, mientras que a los solicitantes de asilo sólo se les permitirá presentar su demanda de protección en Austria o en Alemania, no en otros países más lejanos como las naciones escandinavas.
Según el diario Kurier, con estas medidas de control se pretende generar un efecto dominó que llevé a los demás países de la ruta de los Balcanes a incrementar sus controles por el temor a que los refugiados sean devueltos a su territorio.
El Gobierno esloveno ha asegurado ya que si Austria introduce limitaciones a la llegada de refugiados Liubliana seguirá sus pasos, ante el temor de que los solicitantes de asilo queden varados en Eslovenia.
La prensa austríaca señala que también existe consenso en el Gobierno para endurecer las políticas de asilo.
Así, los socialdemócratas y conservadores que forman la gran coalición coinciden en impulsar un proyecto de Ley que establece un derecho de asilo temporal y no permanente, así como otras medidas que endurecen las condiciones para el reagrupamiento familiar.
Los socialdemócratas han endurecido en las últimas semanas su discurso frente a los refugiados y han aceptado mayores medidas de control, algo que demandaban sus socios conservadores desde hace meses.
El Ejecutivo austríaco está también presionado por el aumento de la intención de voto del ultraderechista Partido Liberal (FPÖ), que en las encuestas aparece como la primera opción con alrededor del 30 % de los apoyos.