«El presidente (Evo) Morales en varias oportunidades ha manifestado estar dispuesto a reanudar relaciones diplomáticas siempre y cuando estas tengan el propósito ineludible de entablar un proceso de negociación serio y formal y en un plazo razonable podamos encontrar una solución definitiva al enclaustramiento de Bolivia», señaló el ministro boliviano en una declaración de prensa.
Choquehuanca replicó así al embajador chileno en misión especial para asuntos regionales, Gabriel Gaspar Tapia, quien declaró al diario boliviano El Deber que su país «ofrece relaciones diplomáticas aquí y ahora y sin condiciones».
Gaspar llegó el lunes a la región de Santa Cruz (este) y hoy visitará el consulado de su país en La Paz.
Los dos países mantienen consulados generales en La Paz y Santiago, pero no tienen relaciones diplomáticas desde 1962, salvo un paréntesis de 1975 a 1978, por la falta de solución al reclamo boliviano de que Chile restituya la salida soberana al océano Pacífico perdido en una guerra en 1879.
El asunto fue llevado por el Gobierno de Morales en 2013 a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para reclamar un fallo que obligue a Chile a negociar en firme y de buena fe su demanda marítima.
Tras rechazar en septiembre la petición chilena para declararse incompetente en este caso, la CIJ otorgó a Chile un plazo hasta el 25 de julio para responder a los argumentos jurídicos e históricos que presentó Bolivia para justificar su petición.
Choquehuanca recordó hoy que Bolivia rompió relaciones con Chile en 1962 porque ese país desvió unilateralmente las aguas del río Lauca, que ingresaban al territorio boliviano.
Mencionó, además, que está pendiente de resolverse la controversia por el uso de las aguas de la región fronteriza boliviana del Silala que se consumen en el norte chileno y por las que Bolivia no recibe compensaciones.
Bolivia sostiene que el Silala son manantiales o vertientes que fluyen por canales artificiales construidos hace más de cien años a Chile, por lo que se exige una compensación.
En tanto que Chile ha afirmado que es un río de curso internacional por lo que sus aguas no son exclusivas de Bolivia.
«Si vamos a retomar relaciones tiene que ser para corregir todas estas injusticias. Tenemos varios temas pendientes, varias injusticias que corregir para un buen relacionamiento entre nuestros países y construir una buena vecindad», insistió Choquehuanca.
También reiteró que en octubre de 2010 fue Chile y no Bolivia el que suspendió las conversaciones sobre una agenda bilateral de trece puntos debido a que Santiago tenía que presentar una propuesta concreta sobre la demanda marítima.