La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) informó en un comunicado de que los médicos podrán prescribir tales medicinas y que los pacientes podrán importarlas siempre sean para tratamientos de la salud y para uso propio del paciente.
El órgano vinculado al Ministerio de Salud aclaró que, como ninguno de tales productos ha sido registrado en el país, no puede ofrecer informaciones sobre su seguridad y eficacia ni aclarar las reacciones adversas que pueden provocar.
«Muchos de esos productos ni fueron registrados como medicinas en sus países de origen, por lo que no fueron evaluados por ningún órgano sanitario competente. Por esa razón, no es posible garantizar la dosis adecuada ni la ausencia de contaminantes, así como tampoco se pueden prever los posibles efectos adversos, lo que implica en riesgos imprevisibles para los pacientes», aclaró la Anvisa.
El canabidiol, una de las sustancias presentes en la Cannabis sativa (marihuana) y también conocida como CBD, es utilizado para tratar convulsiones provocadas por diversas enfermedades, como la epilepsia.
En enero del año pasado la Anvisa ya había retirado el canabidiol de la lista de sustancias prohibidas en Brasil y la había clasificado como principio químico de medicinas de uso controlado.
El órgano regulador igualmente ya había reglamentado la importación de medicinas a base de canabidiol, pero el trámite exigía que el paciente solicitara inicialmente una autorización excepcional a la Anvisa y presentara una prescripción médica para poder hacer la encomienda.
La nueva norma extiende esas facilidades al THC y aumenta la flexibilidad de Brasil con respecto a las medicinas derivadas de la marihuana.
De acuerdo con la Anvisa, algunos estudios científicos han comprobado que los derivados de la Cannabis no generan ningún tipo de dependencia, por lo que no se justifica su prohibición.
En octubre de 2014 el órgano rector de los médicos en Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil, reglamentó el uso del canabidiol para el tratamiento de epilepsias que son resistentes a los tratamientos convencionales aprobados en Brasil.
Las marchas en defensa del uso de la marihuana que son realizadas anualmente en diferentes ciudades brasileñas ganaron desde 2013 el respaldo de familiares de personas con enfermedades graves que pueden ser tratadas con derivados de la Cannabis y que pedían la legalización al menos del uso medicinal de la yerba.
En Brasil, la ley castiga tanto el cultivo como el consumo y la tenencia de marihuana.
En el Congreso brasileño son debatidos diferentes proyectos de ley destinados a legalizar la marihuana, entre ellos una iniciativa popular respaldada por 20.000 firmas que pide que la marihuana tenga reglamentación similar a las del tabaco y del alcohol.