«Hay una reunión con los vicecancilleres de todos los países involucrados a principios de abril (…) Cuba, Ecuador, Colombia, Centroamérica», aseguró el vicecanciller de Asuntos Exteriores de Panamá, Luis Miguel Hincapié.
La reunión, con fecha y lugar aún por precisar, tratará de darle solución a la crisis de los migrantes cubanos, que siguen llegando a Panamá, donde hay ahora más de 1.600, pero no pueden seguir su camino hacia Norteamérica por el cierre, el pasado 18 de diciembre, de la frontera de Costa Rica.
Hace una semana, los Gobiernos de Panamá y Costa Rica dieron por concluido un operativo especial de traslado directo a México de 6.119 cubanos que se quedaron varados en la zona después de que Nicaragua, alegando motivos de seguridad, cerró el 15 de noviembre la frontera a los isleños.
El Gobierno costarricense dijo el pasado 17 de marzo que «no recibirá más migrantes cubanos», y pidió a la Policía redoblar esfuerzos en la zona fronteriza con Panamá.
La operación especial de traslado de isleños a México «está concluida», argumentó entonces el presidente Luis Guillermo Solís, quien hizo un llamado a los cubanos que están en la vecina Panamá y a los «vienen de camino desde Ecuador» que no lleguen a Costa Rica.
«Es un problema bien complicado (…) no es fácil porque nosotros dependemos de la colaboración de otros países de la región, como fue el caso de México», admitió también el jueves pasado el presidente panameño, Juan Carlos Varela.
El paso de cubanos por Centroamérica es un fenómeno que ha ido creciendo en los últimos años pero que se ha intensificado con el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba por el temor a que se elimine la Ley de Ajuste Cubano (1961), que otorga facilidades a los isleños a la hora de adquirir la residencia estadounidense.