Martha Roldós, coordinadora de la organización civil, indicó que los e-mails demostrarían que la justicia fue utilizada a ‘conveniencia’ y se convirtió en una herramienta para perseguir no sólo a opositores políticos sino a cualquier ciudadano. «Correa metió las manos en la justicia para corromperla, para perseguir adversarios políticos como Mery Zamora, Cléver Jiménez, los diez de Luluncoto, los estudiantes del Colegio Mejía y dejarlos en indefensión frente al poder. Correa se autodenominó el jefe de todas las funciones del Estado», señaló.
Además, criticó que Jalkh, si bien aceptó que los correos son reales, haya cuestionado la filtración. «A mí el señor Orlando Pérez (exdirector del periódico público El Telégrafo) me hizo lo mismo, difundió correos personales y en ese caso el Gobierno lo justificó», señaló.
Silvia Buendia, integrante de la comisión, también cuestionó que Jalkh haya calificado de «normal» el intercambio de correos entre los máximos representantes de las funciones del Estado. «El señor Jalkh con eso nos dice que es normal la injerencia en la justicia, que es normal la corrupción en la función judicial… Jalkh debe renunciar», dijo.
Fuente: El Universo