Protagonizada por Florence Pugh y Harry Styles, «Don’t Worry Darling» se vio envuelta en una tormenta de controversias que giraron en torno a todo, desde la supuesta relación tensa de Pugh con Wilde hasta la posibilidad de que Styles escupiera al coprotagonista Chris Pine en el estreno de la película en el Festival de Cine de Venecia, cosa que Styles negó.
La película, además, fue destrozada por la crítica (38% en Rotten Tomatoes) y llegó a los cines con más carga que cualquier otro estreno reciente.
Para una película original que tuvo un costo de producción de 35 millones de dólares, un estreno de 19,2 millones de dólares fue sólido, y ligeramente superior a las expectativas del estudio.
Un gran número de espectadores acudieron a ver de qué se trataba todo el alboroto. Pero el estreno de «Don’t Worry Darling» en cines, tampoco fue un éxito.
El público le dio una puntuación de B- en CinemaScore y menos gente acudió a verla el sábado después de unos resultados más prometedores el jueves y el viernes.
Warner Bros. dijo que el público era un 66% femenino.
La película sumó 10,8 millones de dólares a nivel internacional. Los resultados de audiencia y la disminución de la venta de entradas sugieren que «Don’t Worry Darling» puede tener dificultades para mantenerse en las próximas semanas.
Sin embargo, su debut, suficientemente bueno, significa que la película de Wilde no se ha convertido en el fiasco total que algunos preveían.