Dos de los heridos han sido ingresados en estado crítico en hospitales de la ciudad, según el portavoz del servicio de emergencia, Zaki Heller.
El suceso ocurrió en la popular calle Dizengof, en pleno centro, cuando al menos un atacante armado -aunque según testigos, pudieron ser más de uno- disparó con un subfusil automático a los clientes, en un momento en el que el establecimiento estaba repleto de gente por ser el primer día del fin de semana local y Año Nuevo.
«Estaba en la tienda de mis padres, y de pronto vimos a gente corriendo, y se oyó un tiro tras otro. Corrimos a los servicios para escondernos y nos encerramos ahí», dijo una joven, Sara, al Canal 10 de la televisión.
Testigos relataron que el atacante era de grandes proporciones físicas, vestía un guardapolvo gris e iba enmascarado con lo que parecía un pasamontañas.
Aproximadamente a las 14.45 locales (12.45 GMT) abrió fuego contra los clientes en general, y no contra ninguna persona en particular, lo que induce a la Policía a pensar que pueda tratarse de un ataque terrorista y no de un ajuste de cuentas entre mafiosos.
Uno de los testigos declaró a los agentes que hizo una decena de disparos, uno a uno, con un fusil AK-47 Kalashnikov.
Sin embargo, las imágenes de una cámara del propio local muestran con claridad que no se trata de ese arma sino de otra automática más corta, posiblemente una mini-Uzi o Karl Gustav.
Fogonazos capturados por la cámara indican también que hubo tiros desde otra dirección, pero se desconoce si de algún cliente armado que respondió al atentado o de un segundo atacante que pudiera haber entrado en el local.
En total, los investigadores dicen que se efectuaron alrededor de 30 tiros en el ataque, y que apuntaban a la parte alta del cuerpo, quizás a la cabeza.
Por el momento, ni la policía ni las autoridades municipales han confirmado el móvil del crimen, y se limitan a pedir a la población de la zona que permanezca en casa.
«No podemos confirmar de qué tipo de crimen se trata», declaró la subcomisaria del distrito de Tel Aviv, Hila Jemu, al ser preguntada sobre si se trata de un atentado nacionalista palestino o de un atentado entre mafias.
La portavoz confirmó que numerosos efectivos se encuentran desplegados en el norte de la ciudad, con el apoyo de helicópteros y de la unidad de lucha antiterrorista, en una redada para capturar al sospechoso, que escapó a pie.
Por las calles de la ciudad patrullan cientos de agentes armados tratando de dar con el atacante antes de que caiga la noche, y que están registrando edificio por edificio en busca del sospechoso.
La Policía también confirmó que el tiroteo que tuvo lugar poco después en una carretera del cinturón de Tel Aviv no tiene nada que ver con el suceso en el pub «HaSimtá», sino con la detención de un delincuente.
Testigos dicen que numerosas calles de la ciudad siguen cerradas y que la mayoría de los negocios en la zona han echado el cierre.
El pub atacado, donde se celebraba un cumpleaños en el momento del suceso, fue inaugurado hace varios meses y es muy popular.