El dron volaba el viernes 18 de marzo a solo 200 pies (61 metros) por debajo del avión comercial, lo que ha provocado que la Policía de Los Ángeles haya iniciado una intensa búsqueda para encontrar al propietario del artefacto, tal y como destacan varios medios locales.
Aún así, el avión de Lufthansa aterrizó sin mayores problemas en el aeropuerto californiano.
El propietario del aparato no tripulado habría violado las normas de la Administración Federal de Aviación, que por seguridad prohíbe que los drones vuelen a una altitud superior a 400 pies (122 metros) cuando se encuentren a menos de 5 millas (8 kilómetros) de un aeropuerto estadounidense.
En 2014, un dron estuvo a punto de impactar contra un avión de American Airlines cerca del aeropuerto regional de Tallahassee (Florida), y la aerolínea estadounidense avisó del peligro que representa la posibilidad de que uno de estos artefactos se introduzca en los motores del avión.
La popularidad de estos aviones no tripulados ha crecido mucho entre los aficionados en los últimos años, hasta el punto de que la FAA estima que en 2016 se van a vender 1,6 millones de ejemplares en Estados Unidos.