Las últimas semanas Rusia ha lanzado una serie de ataques contra territorio Ucraniano con los denominados drones Kamikaze o suicidas, afectando la infraestructura civil, dejando muertos y heridos y sembrando terror en varias ciudades de ese país.
Estos drones de fabricación iraní han sido utilizados por ambas partes para detectar posiciones enemigas, lanzar misiles y disparar directamente la artillería.
Se trata de un tipo de sistema de armas aéreas. Se les conoce como municiones merodeadoras porque pueden esperar el tiempo necesario sobre un área identificada como un objetivo potencial y solo atacar cuando identifica un activo enemigo.
Son pequeños, portátiles y se pueden lanzar fácilmente. Pero su principal ventaja es que son difíciles de detectar y se pueden disparar a distancia.
La palabra “kamikaze” se refiere al hecho de que los drones son desechables. Están diseñados para golpear detrás de las líneas enemigas y se destruyen en el ataque, a diferencia de los drones militares más tradicionales, más grandes y más rápidos que regresan a casa después de lanzar misiles.
Aunque Irán no ha confirmado oficialmente haber enviado estos dispositivos a Rusia, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, dijo que Moscú había comprado 2.400.
Pese a que son relativamente pequeños, los drones también denominados Shahed- 136 pueden transportar misiles y tienen una carga útil de aproximadamente 50 kilogramos (110 libras). Eso significa que pueden causar daños significativos pues tienen unos 2.500 km de alcance por lo que pueden ejecutar ataques a larga distancia.
Este dispositivo también es relativamente barato, con un costo de alrededor de US$20.000.
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