Perú en muchos sentidos es, de manera idealista, lo opuesto a Brasil y Venezuela.

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El presidente Obama visitará Perú en noviembre. También se espera que el presidente chino Xi Jinping esté ahí. Y hace tan solo unos meses, Perú organizó una reunión importante con el FMI y el Banco Mundial.

Perú está teniendo un momento soleado, mientras llueve en casi todas partes de América Latina.

Su economía creció más que ninguna otra en América Latina el año pasado: 3,3% Y podría tener el mejor desempeño de nuevo en 2016, según las proyecciones del FMI.

El crecimiento de Perú se ubica en un fuerte contraste con las históricas recesiones que están ocurriendo en Venezuela, una potencia del petróleo, y en Brasil, la economía más grande de la región. Ambos países sufren bajo la inestabilidad política, la creciente inflación, las políticas populistas y el clamor ciudadano por un nuevo liderazgo.

«Sus modelos no funcionaron. Hay un cambio para alejarse del populismo en Latinoamérica», le dijo el ministro de finanzas de Perú, Alonso Segura, a CNNMoney recientemente.

Argentina continúa luchando con una inflación de dos dígitos. La moneda mexicana se acerca a un punto mínimo histórico. Colombia está mostrando resistencia, pero el desempleo está en aumento.

Perú no tiene esos problemas, y en muchos sentidos es, de manera idealista, lo opuesto a Brasil y Venezuela. Este se inclina hacia el capitalismo; no tiene ningún importante escándalo de corrupción, y su moneda, el sol, se ha fortalecido frente al dólar en lo que va del año.

«Esperamos que el crecimiento económico en Perú se mantenga firme este año», dice Adam Collins, economista de Capital Economics.

Perú tampoco tiene una gran deuda: la deuda común de Perú comparada con su economía solo es del 7%. En Brasil, México y Colombia, la tasa de deuda por PIB es del 40% o más, según el FMI. Eso significa que tendrán que pagar más y que sus hojas de balance son más débiles.

Los buenos tiempos llegan mientras Perú avanza lentamente hacia el centro del escenario internacional.

En octubre del año pasado, Perú organizó la reunión anual del FMI, un símbolo de estatus de una economía en ascenso. En noviembre de este año, el presidente Obama y varios jefes de estado viajarán a su capital, Lima, para participar en el Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico.

Perú también está liderando un grupo relativamente nuevo en América latina, la Alianza del Pacífico. Esta incluye a México, Chile, Colombia y Perú, los países que tienen el mejor desempeño en la región y que se han separado del populismo de Brasil y Venezuela.

A diferencia de las protestas y comentarios sobre impugnaciones en Brasil, Perú ha mantenido las elecciones presidenciales en paz. La principal candidata, Keiko Fujimori, estudió en la escuela de negocios de la Universidad de Columbia y quiere mantener la mayoría de las políticas económicas.

Perú ha tenido sus problemas. Es un principal productor de materias primas, y los precios para todos los tipos de artículos como petróleo, cobre y hierro se han venido abajo en los últimos dos años. En 2014, la economía de Perú se desaceleró, y solo creció en un 2,4%, la mitad del crecimiento frente al año anterior.

Sin embargo, las grandes exportaciones de Perú —el cobre y el mineral de hierro— podrían haber dado un cambio este año. En los últimos dos meses, los precios del cobre aumentaron en un 15% y los precios del hierro han aumentado casi un 50%.

Otras buenas señales para Perú son que su tasa de desempleo ha estado en una tendencia a la baja durante los últimos años y su sector de la manufactura también ha ganado impulso durante ese mismo período de tiempo.

«Mira la resistencia de la economía. Hemos sufrido el más profundo impacto externo en décadas», dice Segura, refiriéndose a las mercancías. Aun así, «La economía se está acelerando».