Ello, luego de que la Misión de Ecuador en la OEA solicitara a Almagro, a través de una carta, que explique a los 34 Estados ante el Consejo Permanente su posición respecto al conflicto entre las normas de la carta de la organización, de los instrumentos interamericanos y de las resoluciones vinculantes de las diferentes asambleas generales, frente a las declaraciones realizadas por Trump.
En una misiva, la misión ecuatoriana recalca que las poblaciones de las Américas están consternadas por los anuncios de Trump respecto a la situación de los migrantes; cambio de políticas en visas, la cancelación del pago de miles de millones de dólares a programas, como el aporte contra el cambio climático; la promulgación de una ley que permita financiar la construcción de un muro en la frontera sur de Estados Unidos, especificando que México debe reembolsar el costo total de ese muro; expansión de la inversión militar de los EE.UU., entre otros temas.
«El Ecuador estima que un político no puede imponer sus promesas de campaña al resto del mundo, ni puede interpretar el mundo en relación a su propio pensamiento o panfleto electoral, porque se crea que es superior a los demás, ni muchísimo menos, un organismo internacional como la OEA; puede omitir una postura al respecto», señala la misiva. De allí que recalca que el representante máximo de la OEA «tiene la obligación moral de pronunciarse ante las presuntas violaciones que pretende cometer el Sr. Trump en los derechos humanos, tanto al interior de su país como en la esfera internacional».
«La OEA deberá recordar al Sr. Presidente electo que los Estados Unidos son para los estadounidenses y que las Américas son para los canadienses, los norteamericanos, para los mexicanos, para los caribeños, para los centro y sudamericanos; América es para los pueblos del Hemisferio.
Por lo tanto, es mejor que desde el inicio de su mandato, se ubique geográficamente en el lugar que corresponde y este es un encargo que el Secretario General debe cumplir», subraya la carta.
La Misión de Ecuador también recalca que un Secretario General «debe ser ante todo neutral en relación a los procesos internos de todos los países y garante en primer término de los principios rectores internacionales del derecho, se debe a la institución y a los principios que esta representa y, cuando menos, debe recordar a todos los países integrantes de la OEA, que nadie, sin excepción, puede imponer su pensamiento por encima del orden y la paz social internacional establecidos, ya que el silencio manifiesta una convivencia inmediata y un claro abandono de las funciones por las cuales fue elegido». En la misiva, Ecuador insta al secretario general de la OEA que defienda los valores internacionales, democráticos de derecho, que son los que corresponde al cargo que ocupa. Además, que haga pública su postura en defensa de los derechos humanos amenazados por los discursos, escritos y planes del presidente electo Donald Trump.
En ese sentido solicita a la Presidencia del Consejo Permanente que para en el próximo consejo ordinario agende un punto específico para que el Secretario General explique a los Estados su posición y las acciones que piensa tomar si se ejecutan las supuestas violaciones a los derechos humanos anunciadas por Trump.