El pasado 24 de junio, una mayoría de seis jueces contra tres del Tribunal Supremo de Estados Unidos, decidió anular la protección federal del aborto, revirtiendo un precedente legal de 50 años en ese país y dejando en manos de cada estado la legislación sobre este derecho. Pues, casi la mitad de estos ya han aprobado o aprobarán leyes que prohíben el aborto, mientras otros han promulgado medidas estrictas para regular el procedimiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que esta decisión supone un “retroceso” y hará que la mortalidad y morbilidad materna aumente. El director general de la Organización, el doctor Tedros Adhanom, reiteró que todas las mujeres deben poder elegir sobre su cuerpo y su salud. Defendió que el aborto seguro es parte de la asistencia sanitaria y que, al restringirlo empuja a las mujeres y a las niñas hacia los abortos inseguros, que provocan complicaciones e incluso, muertes.
«Es un retroceso y no lo esperábamos. Realmente esperábamos que Estados Unidos liderara este asunto», sostuvo Tedros.
El organismo aseguró que la prohibición del aborto no contribuiría a reducir el número de procedimientos, sino que provocará que las mujeres se sometan a abortos inseguros. De hecho, en los últimos años, la tendencia de los países ha sido la de aumentar el acceso, incluso en regiones donde había una fuerte oposición, como América Latina.
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