El anuncio fue hecho después de una reunión del llamado Consejo Nacional de Desarrollo Económico, órgano consultivo de la sociedad civil, que reúne desde economistas, empresarios y banqueros hasta escritores, actores y personajes de la farándula.
La reunión con ese consejo consultivo fue encabezada por la mandataria Dilma Rousseff, quien estuvo acompañada por el ministro de Hacienda, Nelson Barbosa, y el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, entre otros funcionarios.
En un breve discurso, Rousseff volvió a pedir el apoyo del Congreso para la aprobación de un nuevo impuesto que tasaría las operaciones financieras en un 0,2 % y le permitiría al Gobierno equilibrar sus cuentas, que cerraron 2015 con un déficit en torno a los 115.000 millones de reales (unos 28.750 millones de dólares).
Rousseff también renovó la decisión del Gobierno de contener la inflación, que llegó el año pasado al 10,67 % y superó los dos dígitos por primera vez en trece años.
En ese sentido, el presidente del Banco Central se mostró confiado en que ha tocado «su pico más alto» y que el alza de los precios se moderará en 2016, para cerrar en torno al 6 %.
Barbosa, por su parte, reconoció que el Gobierno debe profundizar aún más la contención del gasto a fin de colaborar en el combate a la inflación y se mostró convencido de que es necesario reanimar la inversión a fin de propiciar la retomada de la actividad económica.
En ese sentido, explicó que los créditos que ofrecerá la banca pública, que tendrán condiciones preferenciales, estarán destinados en poco más de un 20 % a financiar obras de infraestructura, por la capacidad que ese sector tiene para la generación de empleo.
También se ofrecerán préstamos baratos a la agricultura y a las pequeñas y medianas empresas, así como para la actividad exportadora.
Casi el 10 % de los créditos será ofrecido a los trabajadores, que también serán beneficiados con tasas de interés menores que las del mercado, en un intento por reactivar el consumo, que ha caído a mínimos en los últimos meses y en el que el Gobierno confía para aumentar la demanda y con eso mejorar la productividad.
Ese último punto fue considerado crucial por Barbosa, sobre todo después de que el índice de paro en Brasil, según informó hoy el Gobierno, cerró 2015 situado en un 6,9 %, lo que supuso un aumento de casi dos puntos porcentuales respecto al año anterior.
En opinión del ministro, estas nuevas medidas ayudarán a revertir el cuadro de recesión en que se encuentra la economía brasileña, que según analistas privados se encogió el año pasado un 3,7 % y se contraerá este año otro 3 %.