«El bautismo simboliza la unidad entre todos los hermanos cristianos que, por ser bautizados, reciben la misericordia de Dios. La misericordia recibida en el bautismo es más fuerte que todas las divisiones», apuntó el papa Francisco en la audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI.
«Todos, católicos, ortodoxos y protestantes, compartimos un vínculo indisoluble, somos miembros de un único pueblo de Dios y tenemos una misión común: transmitir la misericordia recibida a los demás partiendo de los pobres y los abandonados», agregó.
A juicio de Jorge Bergoglio, «el bautismo nos sumerge en la fuente de la misericordia y de la esperanza, de la que nadie está excluido».