Tras el rezo del Ángelus, el papa Francisco se refirió al «drama de los refugiados que huyen de las guerras y de otras situaciones inhumanas» y también hizo mención especial a otros países como Grecia que, dijo, «están en primera línea prestando un generoso socorro, que necesita la colaboración de todas las naciones».
«Una respuesta conjunta puede ser eficaz y distribuir su peso de forma uniforme. Por eso, es necesario enfocar con decisión y sin reservas las negociaciones», agregó.
El papa Francisco realizó estas declaraciones en un momento en el que Europa afronta una difícil crisis migratoria que ha puesto en duda por algunos países el Tratado de Schengen.
El espacio Schengen se basa en un acuerdo firmado en la homónima localidad luxemburguesa en 1985 y garantiza la libre circulación de personas entre los países europeos firmantes, que abolieron todos los controles internos y dispusieron una única frontera exterior.
Ante los miles de fieles de todas partes del mundo que se acercaron a escucharle, Jorge Bergoglio también celebró el cese de las hostilidades en Siria y deseó que el país logre avanzar en «el camino del diálogo y de la paz».
«He recibido con esperanza las noticias sobre el cese de las hostilidades en Siria, les invito a todos a rezar para que esta oportunidad pueda dar alivio a la población que sufre, favoreciendo la necesaria ayuda humanitaria, y abra el camino del diálogo y de la paz tan deseado», dijo Bergoglio.
Durante el primer día del cese de las hostilidades en Siria, ayer, apenas se registraron ataques aéreos, y la oposición solo documentó uno de helicópteros con barriles de explosivos contra un barrio de la ciudad de Alepo.
Sin embargo, aviones de guerra, de origen desconocido, bombardearon hoy zonas del norte y el oeste de la provincia septentrional de Alepo y del sur de la región central de Hama, en el segundo día del alto el fuego, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.