Unos días antes, el Estado mexicano le dio permiso por “tiempo indefinido” a cuatro activistas que presentaron un amparo para fumar marihuana con fines recreativos.
Los miembros de la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (Smart) indicaron que no interpusieron la demanda legal con el objetivo de fumar la hierba, sino para descriminalizar las políticas públicas sobre drogas.
Las regulaciones para el consumo de esta droga también llegaron el año pasado para la localidad de Oregón en Estados Unidos. Desde noviembre se puede consumir hasta 227 gramos de flores secas de marihuana, fumar en espacios privados, compartir con otras personas y cultivar un total de cuatro plantas para uso personal.
Sin embargo, fumar cannabis en público sigue siendo ilegal y su venta no se legalizará en el estado hasta este año, cuando se prevé que sea aprobada por la Comisión de Control de Licores de Oregón.
Cuatro millones de habitantes aprobaron la decisión mediante referéndum, al igual que ocurrió en los otros tres territorios de EE.UU. que han legalizado la marihuana recreativa: el Distrito de Columbia, donde se encuentra la capital federal, Washington; Colorado y Alaska.
En Europa, fue Portugal el primer país en dar un paso hacia la eliminación de las penas criminales para personas en posesión de drogas, incluida la marihuana, cocaína, heroína y metanfetaminas en 2001. Un estudio publicado por el British Journal of Criminology señala que después de la despenalización, este país vio una disminución en prisión por cargos relacionados con drogas junto a un aumento de las visitas a las clínicas de salud que tienen que ver con la adicción y la enfermedad.
De acuerdo con un informe de United Nations on Drugs and Crime, en 2011 existían 202 millones de personas que consumían marihuana en el mundo, lo cual la convertía en la droga de mayor preferencia por parte de la población.
El panorama mundial ahora muestra señales claras de la importancia que le dan algunos países a la legalización de la marihuana, mientras otros aún luchan contra el consumo de esta hierba.
El sociólogo y analista en temas de seguridad y droga, Daniel Pontón, señala que la despenalización de las drogas no es “muy popular“ para los países por las connotaciones políticas que acarrean.
Señala además que un proceso de legalización debe tener una construcción social hacia algo distinto. “Hay que tener una nueva visión frente al tema de las drogas, no verla como el problema más grande de la humanidad”.
Pontón indica que para una despenalización hay que tener una población preparada. “No creo que la droga sea buena ni mala, pero la estrategia represiva ha generado más problemas que beneficios”.
Menciona que la sociedad ha generado un miedo que no corresponde a los alcances de los efectos que tiene la droga. Uno de ellos es la asociación de la marihuana con el abandono escolar, pero este resultado, según Pontón, es producto de otros problemas sociales como el desapego a los padres.
“Esos mitos sociales están presentes en la sociedad y son los que articulan una política de droga que es excesivamente criminalizante. Así ha sido 40 años y no ha tenido síntomas de cambio”, asegura.
¿Qué ocurre en Ecuador? En el país no se han despenalizado las drogas. Desde octubre de 2015 está vigente la Ley Orgánica de Prevención Integral de Drogas. El documento, plantea, entre otras cosas, desarrollar planes para evitar el consumo de drogas en niños, adolescentes, mujeres embarazadas y jóvenes.
Este año el Ministerio del Interior fijó como meta erradicar el tráfico y consumo de drogas en todos los centros educativos y se mantiene la escala para sancionar el tráfico de sustancias psicotrópicas presentada por el antiguo Consejo Nacional de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep).
En la tabla se indica que una persona podrá poseer como máximo, hasta 20 gramos de cannabis para no ser declarada como expendedora de la droga.
El vocero del colectivo Guayaquil Canábico, Milton Erazo, manifiesta que la mayoría de las personas tienen un “terror insertado” cuando se tratan asuntos de las drogas y señala que el principal motivo es el desconocimiento a nivel social.
Admite que los colectivos cometieron un error en el método de trabajo porque en su momento no socializaron los usos de la marihuana con la ciudadanía.
“Hemos trabajado solo a nivel de consumidores, de cultivadores porque buscábamos similares, gente que esté relacionada con el cultivo para conocerlos, e intercambiar técnicas”.
Erazo indica que el uso más importante es a nivel medicinal, ya que en algunos casos se han llegado a tratar ataques de epilepsia y el mal de Alzheimer, aunque también se pueden elaborar cremas, ropa y comida.
“Ecuador está perdiendo oportunidades de producción, de acceso a la salud alternativa y están ganando una sociedad que se está acostumbrado a tener medidas punitivas, con cuestiones de castigo, porque nos estamos acostumbrado que la solución sea el encierro (cárcel)”, expresa Erazo.
Agrega que Ecuador podría dar cabida el uso medicinal de la marihuana, pero para ello debe haber un proceso de socialización de todas las ventajas de esta planta.
El sociólogo Pontón menciona que el trabajo tiene que ver con las nuevas generaciones, a las que señala como un nicho de trabajo bastante importante, debido a que los jóvenes son abiertos al tema.