Si los líderes empresariales tienen el reto de seducir al talento millennial para atraerlo y retenerlo en su organización, el desafío se multiplicará con la generación Z, pues además de buscar un lugar de trabajo acorde con sus ideas, con flexibilidad y desarrollo laborales, tienen claro que prefieren ser emprendedores y tomar sus propias decisiones.
“Un tema que alerta a las organizaciones es que las nuevas generaciones son cada vez más personas entrepeneur (emprendedores)”, dijo María Eugenia Pistacchia, Country Manager de la firma de recursos humanos Von Der Heide.
Si el desinterés por trabajar en las empresas surgió con los millennial, esa tendencia se enfatizará con la generación Z, consideró la especialista. Explicó que aunque ellos aún no están en el mundo laboral (nacieron después del 2000), se han hecho algunos focus group (sesiones de discusión) que revelan esa preferencia.
La pregunta ante esta problemática es cómo hacer que las empresas los atraigan, planteó Pistacchia, porque “las expectativas de estos niños es ser empresarios independientes, trabajar por su cuenta, de forma freelance para esta compañía y la otra”, agregó.
Pistacchia observa que la integración de la generación Z “es un tema fuerte de la agenda de las compañías que se enfatizará en cinco años, cuando este grupo ya esté trabajando”.
Fernanda Rivera, directora de la firma reclutadora Page Group, consideró que no todos van a decir «quiero arrancar mi compañía», pero sí es probable que la mayoría busque esa autonomía y sentir que está aportando algo, no solo que de arriba hacia abajo le digan qué tiene que hacer.
“Vamos a necesitar entender qué está motivando a cada uno de esos jóvenes, a ti como individuo qué te motivó y, a partir de eso, trabajar”, expresó.
Para Javier Vargas, vicepresidente Regional para América Latina de Right Management de Manpower, “las empresas deben adelantarse a lo que las nuevas generaciones puedan ofrecer o pedir”.
La directora de Page Group, piensa que “quizá es mucho más autonomía lo que están buscando” los jóvenes. Dijo que a un emprendedor le atrae la capacidad de acción, de tomar sus decisiones, “quizá es hacia allá a donde tenemos que dirigirnos”, como reclutadores.
Rivera estimó que las empresas tienen capacidad de reacción ante esas necesidades y podrían darles opciones para que elijan el proyecto que quieren desarrollar, para que propongan ideas a la compañía y buscar que la comunicación fluya de abajo hacia arriba, que los colaboradores puedan decir con libertad «yo haría distinto esto y lo haría así».
Es preciso darles “más accountability o empowerment para crear”, estimó, es decir, que “se hagan completamente responsables de un proceso”, pues si quieren ser emprendedores, “pensemos qué podemos emprender en la compañía”, o pedirles que encuentren áreas de oportunidad y mejorarlas juntos.