El informe aporta nuevos vínculos entre la infección y «graves consecuencias» en la gestación, como muerte fetal, insuficiencia de la placenta con poco o sin líquido amniótico, o daños en el crecimiento del feto y en el sistema nervioso del mismo, incluyendo una potencial ceguera.
El reporte, realizado por científicos de la Universidad de California (UCLA), se basa en pruebas de sangre y orina de 88 mujeres embarazadas en Río de Janeiro (Brasil) entre septiembre de 2015 y febrero de 2016, un 29 % de las cuales presentó estas anormalidades en la gestación desconocidas hasta el momento.
La doctora Karin Nielsen, profesora de pediatría en la división de enfermedades infecciosas de la Escuela de Medicina David Geffen en la UCLA y una de los autores del estudio, subrayó que el vínculo entre el zika y estas consecuencias adversas con el embarazo no había sido documentado hasta ahora.
«Hemos visto problemas en el feto o en el embarazo a las 8, 22, 25 y 35 semanas. Aunque el feto no esté afectado por el virus, éste aparentemente sí daña la placenta, lo que puede provocar muerte fetal», explicó la experta en un comunicado.
El reporte, el primer estudio prospectivo del virus hasta la fecha, descarta también la teoría de que la enfermedad pueda ser causada por pesticidas que han sido utilizados en el área para controlar los mosquitos, una hipótesis que ha generado varios llamamientos a dejar de utilizar estos productos químicos.
Según la doctora Nielsen, esta teoría errónea es una «mala idea» porque lo prioritario es controlar a los portadores de la infección y «no abandonar esta aproximación durante una epidemia» por centrarse en otros asuntos.
De las 88 mujeres embarazadas que se sometieron a las pruebas en Brasil, 72 dieron positivo al virus del Zika, y ninguna de ellas presentaba factores de riesgo para tener anormalidades durante su gestación.
Esta nueva información va en la línea de otro estudio publicado a finales de febrero en la revista especializada PLOS Neglected Tropical Diseases, que advertía de que el virus del zika podría provocar muerte fetal, hidropesía e hidranencefalia cuando se transmite a una mujer en estado.
La hidropesía fetal es una afección grave que ocurre cuando se acumulan cantidades anormales de líquido en dos o más zonas del cuerpo de un feto o recién nacido, y a menudo ocasiona la muerte del bebé poco antes o después del parto.
La hidranencefalia es una enfermedad poco común en la cual los hemisferios cerebrales no están presentes y son sustituidos por sacos llenos de líquido cerebroespinal.
La mayoría de los niños con esta dolencia muere antes de cumplir un año.
Por el momento, no está probada la vinculación del zika con la microcefalia, aunque la preocupación en este sentido cada vez es mayor.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el actual brote de zika una emergencia de alcance internacional y ha estimado que el virus podría afectar a cuatro millones de personas.
Hasta la fecha, no existe vacuna ni tratamiento para este virus, que fue descubierto en los años cincuenta en el bosque Zika de Uganda.