El expresidente del Conatel, Juan Carlos Solines, dijo estar preocupado por este proceso con el que se cierra un ciclo que emprendió el Gobierno junto con la Ley de Comunicación y la Ley Orgánica de Telecomunicaciones que, a su criterio, busca controlar y amedrentar a medios de comunicación especialmente privados.
Para el exfuncionario, lo cuestionable es la discrecionalidad con la que se podría decidir la adjudicación de las 1 472 frecuencias y aseguró que «el proceso se enmarca en un esquema antitécnico e ineficiente porque reserva una parte del espectro radioeléctrico a medios para los que no existe mercado».
Para participar en el concurso de redistribución de frecuencias, los interesados deben presentar un proyecto comunicacional que será calificado en función de un reglamento emitido por el Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación (Cordicom) y que, para Solines, contiene elementos subjetivos.