La Fiscalía de El Salvador investiga el vínculo de nacionales con el escándalo de los papeles de Panamá por la posible existencia de delitos como la evasión fiscal y lavado de dinero, informó el fiscal general del país centroamericano, Douglas Meléndez.

«A raíz de la información que el fin de semana fue publicada» sobre los papeles de Panamá, el lunes 4 de abril «se inició una investigación sobre estos hechos», dijo Meléndez en una conferencia de prensa.

Detalló que las indagaciones están centradas en determinar si empresas creadas a través del bufete panameño Mossack Fonseca «sirvieron para cometer ilícitos» como la evasión de impuestos, blanqueo y fraude.

Añadió que «esta misma semana» se reunirá con el titular de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), Ricardo Perdomo, y el ministro de Hacienda, Carlos Cáceres, para «poder revisar este tema» y obtener la ayuda para «hacer las diligencias que correspondan».

Por su parte, el jefe de la Unidad de Investigación Financiera (UIF), Jorge Cortez, detalló que ya se creó «una ruta de trabajo» y se establecieron «los mecanismos para poder empezar a generar las indagaciones correspondientes a nivel nacional e internacional».

Adelantó que con las autoridades fiscales de Panamá «hemos iniciado los acercamientos para poder obtener la información que nos pueda llegar a establecer si realmente hay comisión de algún hecho delictivo».

De acuerdo a publicaciones de medios locales, al menos 33 empresarios salvadoreños están salpicados con la fundación de empresas «offshore» en paraísos fiscales para fines ilícitos.

No obstante, Meléndez y Cortez no revelaron las identidades de los posibles implicados ni los nombres de las empresas.

«La misma evidencia que se nos haga llegar es la que nos va a ir permitiendo crear rutas sobre empresas y personas» vinculadas, sostuvo Cortez.

Según el diario digital salvadoreño El Faro, los documentos indican que la firma panameña de abogados creó para al menos 33 clientes salvadoreños más de 220 empresas entre 2000 y 2015.

El medio sostiene que «las empresas, creadas para garantizar el anonimato de sus propietarios, han sido usadas para efectuar transacciones de cientos de miles de dólares, compra de inmuebles en El Salvador o para celebrar convenios con municipalidades salvadoreñas, todo fuera del radar de las autoridades locales».

Ante la oleada de rumores que implican a salvadoreños, Efe intentó comunicarse con la sede de Mossack Fonseca en el país, ubicada en una de las zonas más exclusivas de la capital, pero no obtuvo respuesta, ya que el número de teléfono que figura como contacto está «fuera de servicio temporalmente».