Esos datos figuran en el informe «Perspectivas Económicas Globales» dado a conocer al inicio de la reunión conjunta del FMI y el Banco Mundial (BM) en Washington, que reúne durante esta semana a los líderes económicos de los 188 países miembros de ambas instituciones.
El FMI dice que, aunque por segundo año consecutivo el PIB de Latinoamérica y el Caribe se contraerá en 2016 (en 2015 la caída fue del 0,1 %), en 2017 el crecimiento volverá al conjunto de la región con una expansión del 1,5 % de la economía.
Pero en 2016 la caída de los precios de las materias primas y el petróleo dividirá la región en dos.
Aunque el comportamiento de la zona fue, en términos generales, «el esperado por las previsiones», el FMI señala en su informe que la contracción en Brasil «fue más profunda de lo esperado».
Por ello, el informe reconoce que «hay sustanciales diferencias entre regiones y países», con Suramérica «muy afectada» por la caída de los precios de las materias primas, mientras que México, Centroamérica y el Caribe se están beneficiando de la recuperación de Estados Unidos y de los bajos precios del petróleo.
En este contexto, el FMI prevé que México siga creciendo «a un ritmo moderado» del 2,4 % este año y del 2,6 % en 2017, gracias a la «robusta economía de Estados Unidos» y, también, a una «saludable demanda privada doméstica».
A más largo plazo, para 2021, el FMI predice un crecimiento económico para México del 3,1 %.
En Centroamérica, Guatemala crecerá un 4 % este año y un 3,9 % en 2017; El Salvador, un 2,5 % y 2,6 %, respectivamente; Honduras, un 3,5 % y un 3,7 %; Costa Rica, un 4,2 % en los dos años; y Panamá, un 6,1 % y un 6,4 %.
En el Caribe, el crecimiento de la República Dominicana en 2016 será del 5,4 % y en 2017 del 4,5 %; y Haití registrará tasas de un 2,3 % y un 3,3 %, respectivamente.
La otra cara de la moneda es Suramérica, donde la caída del precio de las materias primas y la crisis en Brasil, «más profunda de lo esperado», están arrastrando las cifras a terrenos negativos.
En 2016, Brasil va a encadenar un segundo año de contracción del 3,8 % de su producto interior bruto (PIB), la misma cifra que en 2015. Y en 2017 el crecimiento será nulo. A más lago plazo, en 2021, el FMI prevé que el crecimiento vuelva al 2 %.
Además, «las incertidumbres domésticas siguen restringiendo la capacidad del Gobierno para formular y ejecutar políticas» en el gigante sudamericano, añade el informe.
Con esto, el empleo y los ingresos reales van a sufrir en Brasil.
Pero el FMI también indica que, una vez que se consuman las principales sacudidas de 2015 y 2016, «y ayudado por una divisa débil, se proyecta que el crecimiento vuelva a ser positivo en 2017» aunque la producción se mantenga a los niveles del año anterior.
Entre los exportadores de petróleo suramericanos, Colombia crecerá este año un 2,5 %, seis décimas menos que el ejercicio pasado, para recuperar el ritmo en 2017 con un 3 %, mientras que Venezuela seguirá este ejercicio sumida «en una profunda recesión».
El país bolivariano se contraerá un 8 % este año, tras el 5,7 % registrado en 2015, aunque en 2017 la recesión se reducirá a un 4,5 %.
Y Ecuador se contraerá un 4,5 % y un 4,3 %, respectivamente, en 2016 y 2017.
En Argentina, las medidas en marcha «para corregir desequilibrios macroeconómicos y distorsiones microeconómicas han mejorado las perspectivas de crecimiento en el medio plazo, pero es probable que el ajuste genere una suave recesión en 2016».
Argentina, según el FMI, se contraerá un 1 % este año, pero en 2017 crecerá un 2,8 %.
En la vecina Chile, el crecimiento será del 1,5 % en 2016 y del 2,1 % en 2017.
Las perspectivas del país están constreñidas por «el precio del cobre y condiciones financieras más ceñidas».
En Perú, donde el crecimiento alcanzará un 3,7 % este año y un 4,1 % en 2017, el FMI atribuye el crédito de estos resultados a la «más fuerte actividad del sector de recursos».