Cerca de 40 niños fueron brutalmente asesinados a manos de integrantes del grupo extremista Hamás en una localidad de menos de 800 habitantes.
Hamás envió oleadas de combatientes fuertemente armados que cruzaron la frontera desde Gaza y arrasaron comunidades rurales. Israel declaró haber encontrado 1.500 cadáveres de combatientes tras el asalto.
Las casas del kibutz de Kfar Aza fueron saqueadas e incendiadas. Colchones volcados, muebles destrozados, baratijas rotas y granadas sin detonar permanecían esparcidos por el terreno, junto con decenas de cadáveres.
Según las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI) niños pequeños, menores y ancianos fueron “brutalmente masacrados en una forma de acción de ISIS”.
Mientras tanto, Hamas ha negado que sus combatientes hayan decapitado a niños o atacado a mujeres. Un portavoz y alto funcionario del grupo radical calificó al señalamiento como “acusaciones fabricadas y sin fundamento”.
Kfar Aza es uno de los varios kibutz, pequeños enclaves agrícolas, que se llevaron la peor parte del ataque terrestre de Hamas el 7 de octubre.
Alrededor de 125.000 personas viven en unos 250 kibutzi en Israel, según la Agencia Judía para Israel. Para muchos, eran símbolos de buena vida y seguridad.
Sin embargo, el portavoz del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, indicó que bebés y niños pequeños fueron encontrados «decapitados» en Kfar Aza.
En represalia, Israel ha bombardeado Gaza con una incesante campaña aérea que ha arrasado viviendas, escuelas, instituciones médicas y edificios gubernamentales de ese lugar.
Hasta el momento; el número de muertos en Israel alcanza los más de 1.200. Mientras que, el Ministerio de Salud de Palestina informó de que el número de muertos en Gaza asciende a 1.400.
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