Desde que comenzasen a salir de nuevo en la primavera de 2021, Ben Affleck y Jennifer Lopez han tardado dos años en encontrar la vivienda que se ajusta a sus necesidades y para ello solo han hecho falta casi 61 millones de dólares (en concreto, 60.850.000, unos 57 millones de euros).
Y eso que han tenido suerte. No solo lo han pagado a tocateja en efectivo tras una única semana de negociación, sino que la propiedad, ubicada en Wallingtong Estates, en Beverly Hills, Los Ángeles, se puso a la venta por primera vez en 2018 por 135 millones de dólares, reduciendo su precio este año hasta los 75 millones.
La vivienda se asienta sobre un promontorio de 20.234 metros cuadrados, con toda la seguridad garantizada dada la exclusividad de la zona —por ejemplo, la caseta de vigilancia tiene incluso dos dormitorios—. En total, cuenta con 12 habitaciones, 24 baños y 15 chimeneas.
La vivienda cuenta con una sala de cine, una bodega de vinos, un lounge para el whisky y un spa completo, que aparte de la sauna y la sala de masajes también cuenta con peluquería y salón de uñas. Además, cuenta con una instalación deportiva de 465 metros cuadrados separada de la casa que incluye gimnasio, pista vubierta de pickleball y hasta un ring de boxeo.
Además, por primera vez parece que no habrá marcha atrás en el matrimonio Bennifer, dado que las fotografías tomadas del nuevo hogar de la familia muestran que ya están mudando todo su mobiliario y ajuar y que la casa está repleta de actividad de técnicos, decoradores y ayudantes.
En las imágenes se pueden ver apilados a la entrda multitud de objetos como cuadros, alfombras, muebles y todo tipo de menaje, por lo que se entiende que será dentro de muy poco cuando el actor y la cantante puedan mudarse, habiendo espacio de sobra para los dos mellizos de la cantante, Emme y Maximilian Muñiz, fruto de su relación con Marc Anthony y nacidos en 2008, y los tres que el actor y director tuvo con Jennifer Garner: Violet Anne, Seraphina Rose y Samuel.