Se trata de un video en el que JLo aparece bailando y cantando una canción inédita, llamada «Can’t get enough», que está dedicada especialmente a su marido.
La artista cuestionó que un momento privado suyo fuera exhibido sin su consentimiento, asegurando que «esto fue robado y vendido por dinero sin nuestro consentimiento», y que la o las personas que lo hicieron se aprovecharon de su confianza y de su felicidad.
También mencionó que todos los invitados firmaron un acuerdo de confidencialidad en el que se comprometían a no dar detalles de la boda de la pareja a la prensa.