Con una gorra debajo de la capucha, pantalón de cuero, chaqueta negra con múltiples bolsillos y grandes zapatillas deportivas, la estrella estadounidense y amigo del estilista georgiano de Balenciaga, Demna, inauguró el desfile en las afueras de París, lejos de los fastos de la Semana de la Moda de la capital francesa.
Su ex pareja y musa de Balenciaga, Kim Kardashian, estaba en primera fila de este espectáculo, oscuro y repulsivo, en un decorado de construcciones con un fuerte olor a fango.
Los hombres fueron las estrellas, ya fueran en pantalón corto y «bombers» negras o con un conjunto verde fluorescente.
Algunos de ellos llevaban accesorios, como un portabebés o bolsos de colores de aires infantiles.
Las mujeres, en cambio, lucieron una imagen glamurosa en esta desfile mixto al margen de la Semana de la Moda femenina de París.
Las modelos tuvieron que cruzar la fangosa pasarela con elevados tacones. Sus vestidos rosas, blancos o negros, con brillos y transparencias, contrastaban con los colores sombríos del decorado.