El Parlamento venezolano de mayoría opositora declaró la semana pasada una crisis humana de salud en el país ocasionada por la escasez de medicamentos, de equipos médicos y el deterioro de las instituciones públicas sanitarias.

El debate tuvo lugar después de que el presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), Freddy Ceballos, expusiera que los fallos en distribución de medicamentos en el país caribeño rondan un 80 por ciento.

«En este país estamos en una crisis» humana, «están muriendo pacientes por falta de medicamentos», aseguró a Efe Ceballos y explicó que es «muy difícil» contabilizar a los afectados por enfermedades recientes como el zika por no contar con un boletín epidemiológico, cuyo restablecimiento pidió el Parlamento.

Ceballos lamentó que el Gobierno no haya propuesto una solución y explicó que, aunque el presidente Nicolás Maduro planteó recientemente «trece motores para activar la economía del país, en ninguno de estos habló del sector salud».

A juicio del representante farmacéutico, los fallos en la entrega de divisas serían la causa de la crisis por la que faltan antihipertensivos, antibióticos, anticonvulsivos, tratamientos para el cáncer y anticonceptivos, entre otros rubros.

Para producir «se necesitan materias primas y para traer materia prima se necesitan dólares», argumentó.

Desde 2003 la legislación venezolana otorga al Estado la exclusiva de compra y venta de divisas, que son entregadas a los empresarios tras engorrosos trámites.

Ceballos considera que el Estado debería establecer convenios «realistas y de fiel cumplimiento» para la asignación de divisas a los productores e importadores del sector farmacéutico.

En su opinión, debe prevalecer la producción nacional antes que la importación pues «un dólar en Venezuela rinde cinco veces más» y citó el ejemplo de la inmunoglobulina, recetada, entre otras cosas, para tratar el síndrome Guillain-Barré, asociado al Zika, que podría producirse en el país caribeño pero es importada.

Mientras la situación, que prevé que será cada vez más grave, se mantiene, Ceballos pide a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a otras instancias internacionales enviar medicinas al país caribeño.

El presidente de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales (AVCH), Cristino García, consideró que ante la crisis el Gobierno debería dar prioridad en el otorgamiento de las divisas a los sectores de alimentos y salud.

Actualmente, «la deuda con el sector de manufactura, insumos y materiales ronda los 375 millones de dólares y la deuda con la industria farmacéutica supera los 3.000 millones de dólares», indicó García a Efe.

Añadió que muchos laboratorios se han ido de Venezuela dejando únicamente oficinas de representación, pues, ante las deudas, los proveedores de materia prima no abren líneas de crédito.

Los empresarios no pueden adquirir dólares en el mercado paralelo pues, además de ser ilegal, el precio es «exagerado» y no hay forma de que el cliente pueda costearlos.

La ministra de Salud, Luisana Melo, reconoció recientemente al canal estatal de televisión VTV que existe desabastecimiento pero indicó que corresponde al «25 por ciento de medicamentos que es de alta rotación y alto consumo».

Precisó que se conformó un equipo interministerial que con apoyo de la industria privada diseñará las condiciones necesarias que estimulen la producción nacional a fin de mitigar el desabastecimiento de medicamentos.

Maduro ha asegurado que existe una «guerra económica» en contra de su Gobierno que le han declarado los empresarios privados con ayuda de la oposición y del «imperio» estadounidense y que de ella se desprenden la alta «inflación inducida», el «acaparamiento de productos» y el contrabando.

La escasez que se observa hoy en el sector salud y el alimentario corresponde, según Maduro, al acaparamiento y al contrabando.

Sea producto de «la guerra económica» o de la baja producción por carencia de divisas, los ciudadanos se ven obligados a aguzar el ingenio y explorar diferentes vías para conseguir los medicamentos que necesitan.

«Hay que recorrer cuatro, cinco o hasta diez farmacias a nivel nacional, caminar, llamar o meterte por internet a ver si llegas a localizar algún producto que te haga falta», comentó a Efe el caraqueño Odniel Dávila mientras buscaba medicamentos en la zona de Los Palos Grandes.

«Muchas veces yo pienso que hay gente que muere porque le sube la tensión y no hay medicinas», aseguró Beatriz Sandoval, otra habitante de la zona este de la capital, donde predomina la clase media y en la que muchos piensan que hasta que no cambie el Gobierno las cosas no mejorarán.