El argentino Jorge Sampaoli no quiere volver a entrenar a la selección de Chile y su rebeldía tiene en una encrucijada al campeón de América, descabezado y desconcertado a poco más de dos meses de enfrentarse a Argentina y Venezuela rumbo al Mundial de Rusia 2018.

Sampaoli se niega a pagar los 6,3 millones de dólares que cuesta rescindir su contrato y Arturo Salah, el nuevo presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), no está dispuesto a que su primera medida de peso al frente del organismo sea dejar partir gratis al seleccionador.

La situación es especialmente delicada para Salah, que está obligado a mostrar mano firme después de la crisis que ha sacudido al fútbol chileno por la implicación de su antecesor, Sergio Jadue, en el escándalo de los sobornos que recibieron varios dirigentes de la Conmebol.

La continuidad de Sampaoli es insostenible por sus declaraciones de los últimos días, en las que dijo sentirse un «rehén» en Chile y reconoció sin tapujos que no quiere seguir dirigiendo a la Roja.

La errática estrategia comunicativa del argentino tuvo este miércoles su último capítulo. Primero leyó un comunicado en el que se retractó de sus palabras anteriores y denunció una campaña mediática para destruir su imagen, pero no se refirió a su futuro.

Unos minutos después concedió entrevistas a tres medios de comunicación y dejó claro que su futuro está muy lejos de la selección chilena.

«No estoy en condiciones de seguir en un lugar donde me hacen sentir que no soy tan respetado como antes», dijo Sampaoli, que añadió: «Me siento fuera. La dije al directorio que mi situación era insostenible».

El argentino está dolido porque en los dos últimos meses se han filtrado a la prensa las cifras de su contrato y se han descubierto detalles turbios de su relación profesional con Jadue, como la existencia de una cuenta bancaria en un paraíso fiscal donde Sampaoli recibía el dinero del sueldo y los premios.

Si bien el entrenador había coqueteado anteriormente con la idea de dejar Chile para asumir un reto de mayor envergadura, la caída en desgracia de Jadue marcó el comienzo del fin del ciclo del argentino en la Roja.

Además cree que no se valora suficiente el sello de calidad que le ha imprimido a la Roja desde fines de 2012, y que tuvo su colofón con el triunfo en la Copa América el año pasado.

Ante este panorama, la única salida viable es una negociación para reducir el monto de la cláusula de salida de Sampaoli, que ayer descartó de plano pagarla entera porque necesitaría «robar un banco» para hacerlo.

Y la solución debe llegar con premura porque la selección chilena visitará Argentina a fines de marzo en la fase de clasificación para el próximo Mundial y en junio se disputará en EE.UU. la Copa América Centenario.

No será fácil para la ANFP encontrar un entrenador de garantías a estas alturas de la temporada. La prensa local especula con el regreso del argentino Marcelo Bielsa, aunque aún no hay nada concreto.

La única certeza es que la ‘era Sampaoli’ está a punto de llegar a su fin y que el entrenador que le dio a Chile el único título internacional se irá por la puerta trasera.