El hashtag #EstuproNaoÉCulpaDaVitima (La violación no es culpa de la víctima) ha inundado Twitter en las últimas 24 horas y ha acompañado la indignación de miles de internautas contra la atroz violación colectiva sufrida por una joven de 16 años.
La agresión fue difundida en las redes sociales con un vídeo en el que la menor aparece desnuda y desmayada, con sus órganos sexuales sangrando, mientras que el autor de la grabación comenta que fue violada por al menos 30 personas.
El caso ha conmocionado al país y ha provocado el rechazo de la sociedad, de la ONU, de Rousseff y del mandatario interino de Brasil, Michel Temer, quien asumió el cargo el pasado 12 de mayo.
Temer rechazó hoy con la más «absoluta vehemencia» la agresión sexual de la que fue víctima la joven el pasado fin de semana y consideró «absurdo» que en «pleno siglo XXI tengamos que convivir con crímenes bárbaros como ese».
«Tomaremos medidas efectivas para combatir la violencia contra la mujer», afirmó Temer a través de su cuenta en Twitter, un día después de que saliera a la luz el brutal ataque contra la adolescente.
El jefe de Estado interino anticipó que será creado un departamento en la Policía Federal para coordinar en todo el país el combate a crímenes contra la mujer y enfatizó que el Gobierno está movilizado, junto con la Secretaría Pública de Río de Janeiro, para «castigar con rigor a los autores de la violación».
Rousseff, por su parte, expresó su «repudio» contra la «barbarie» y la «violencia contra las mujeres» y, al igual que otros personajes públicos, modificó su foto de perfil de Facebook para pedir el «fin de la cultura de la violación».
La mandataria, quien fue apartada de su cargo por el Congreso para iniciar un juicio político con fines destituyentes, insistió en que «hay que identificar y castigar a los responsables».
La Policía ya ha identificado a cuatro personas por su participación «directa o indirecta» en la violación y «evalúa» posibles pedidos de prisión, que todavía no han sido realizados.
«La Policía va actuar con rigor, pero no fuera de la ley», señaló el jefe de la Policía Civil de Río de Janeiro, Fernando Veloso, en un rueda de prensa al ser cuestionado por la ausencia de pedidos de prisión emitidos hasta la fecha.
Los agentes subrayaron que «todos los indicios» apuntan a que fue cometida una violación, pero mantuvieron la cautela y precisaron que la agresión no puede ser confirmada hasta que no se tengan los resultados de los exámenes periciales.
Tras salir a la luz el suceso, la ONU condenó la agresión, pidió que las víctimas no sean culpadas y recordó un caso similar ocurrido recientemente en el estado brasileño de Piauí, donde una joven de 17 años fue amarrada, amordazada y agredida sexualmente por cinco hombres.
«Además de ser mujeres jóvenes, los casos se asemejan por el hecho de que las dos adolescentes fueron atraídas por los verdugos en tramas premeditadas y atacadas violentamente en un contexto de drogas ilícitas», señala la ONU Brasil en un comunicado.
Según relató la joven a la Policía, durante la madrugada del sábado ella fue hasta una favela de la zona oeste de Río, cercana a las instalaciones de los Juegos Olímpicos, para encontrar a un chico con quien mantenía una relación.
La adolescente estuvo sola con él durante algunas horas y después -contó-, perdió la conciencia hasta el domingo, cuando despertó desnuda, dopada y rodeada de 33 hombres armados con fusiles y pistolas.
El caso ha abierto un debate en Brasil sobre la llamada «cultura de la violación» y ha provocado innumerables críticas dentro y fuera de las redes sociales contra la «sociedad machista».
En varias ciudades hubo manifestaciones de apoyo a la joven y de condena a las violaciones y a los intentos de criminalizar a las víctimas.
En Río de Janeiro, un grupo de unas 200 personas, en su mayoría mujeres, se concentró frente a la Asamblea Legislativa, con carteles de rechazo a las violaciones y lemas como «Cuando digo no, es no» y «no a la cultura de la violación».
De acuerdo con datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP), una mujer es violada cada 11 minutos en el país y en 2014 47.636 personas sufrieron una agresión sexual.
Agradecida por las muestras de apoyo recibidas, la joven lo ha advertido a través de las redes sociales: «Todas podemos pasar por eso».
Y asegura: «No duele el útero. Duele el alma».